• Capítulo 3

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Beomgyu se quejaba de lo aburrido y la mala actitud que tenía aquella malhumorada maestra que los cuidaba aunque por una parte la entendía, estaba teniendo trabajo extra por culpa de ellos, pero aún así debía tener un poco de mejor actitud. YeonJun se mantenía divertido por las múltiples muecas que hacía el menor al hablar sobre lo mal que la pasó el poco tiempo que duró en detención.

—Tratemos de que no vuelvas ahí.—Dijo el mayor apretando suavemente la mejilla del menor quien arrugó levemente su nariz.

—Eso mismo pensé, debo evitar meterme en problemas. Soy un desastre.

—No, solo... El instituto no soporta tanta energía—. YeonJun rió un poco apretando al menor entre sus brazos — No eres un desastre, solo tienes mucha alegría que deseas compartir pero el destino siempre te mete en problemas, no es tu culpa.

Si, YeonJun era el mayor responsable de que Beomgyu no se detuviera pues siempre que este pensaba en detener sus locuras el pelirojo le explicaba que no era su culpa todos los desastres qué ocasionaba, le hacía ver lo especial que era y que lo que sucedía a su alrededor no era su problema. Aunque todos sabían que no era así, YeonJun trataba de proteger su chispa.

Sus amigos solían regañarle por eso, pero YeonJun los ignoraba completamente.

—Uhm... tienes razón —. Dijo Beomgyu con una pequeña sonrisa— Tengo hambre.

YeonJun alzó sus cejas y buscó en su bolsillo trasero, siempre llevaba algo de comer para el castaño pues sabía que a este en cualquier momento podía darle hambre.

—No es mucho pero te hará pasar un momento el hambre —. Indicó YeonJun dándole una barra de cereal la cual tomó de inmediato el menor comenzando a comerla con gusto.

Se veía tan adorable con una de sus mejillas abultadas mientras comía con ánimos la barrita de cereal, YeonJun sonrió encantado con él, estaba completamente embobado, perdido, enamorado de él.

—¿Quieres? Hyung, puedo darte un poco, también te dará hambre.

—Estaré bien, come, come—. YeonJun le sonrió mirando por la rendija del casillero como el sol estaba comenzando a esconderse.

Abultó sus labios, dormirían ahí, estaba seguro que sus madres se preocuparían, solo esperaba que no se hiciera un escándalo. No quería que su madre o la de Beomgyu se asustaran y tuvieran que pasar un mal momento, pidió al universo que estas sacaran la conclusión de que estaban durmiendo en la casa del contrario.

—Estas perdiéndote mucho en tus pensamientos hoy—. La voz de Beomgyu le hizo mirarle.

—¿Uhm?

—De nuevo estas pensando... No se te da muy bien el pensar solo—. Beomgyu abultó sus labios.

YeonJun se mantuvo en silencio mirándolo y sonrió un poco, Beomgyu era muy lindo, tierno, perfecto...

—Ah... tienes razón, Beom, no se me da muy bien—. Hizo una mueca—. Estaba preocupado por nuestras madres, espero no asustarlas.

—Eso no pasará, ninguna de las dos se sorprenderá, nunca avisamos cuando hacemos pijamadas así que creerán que estamos en tu casa o en la mía —. Habló Beomgyu comiendo el último pedazo de su barrita mirando con atención al mayor.

La luz era cada vez menos.

—Tienes razón...

—Siempre la tengo—. Beomgyu se acomodó su cabello haciendo que YeonJun ríera suavemente.

— ☆ —

El sol se había escondido por completo y ellos se quedaron sin tema de conversación, el silencio reinaba en aquel pequeño espacio pero ninguno se sentía incómodo, solo que YeonJun tenía cierta tensión por estar en aquella situación con el menor.

—¿Pasa algo?

—No, ¿Porqué lo dices?

De nuevo hubo silencio, y YeonJun lamentó mucho no poder ver al menor, llevó una de sus manos a su rostro en un intento de percibir sus expresiones pero le fue imposible.

—No lo sé... te siento raro, hyung.

—Es cosa tuya.—Dijo YeonJun con un poco de nervios, la situación no era muy favorable para él.

Cada vez que se movían sus cuerpos se frotaban, Beomgyu siempre volteaba hacia él haciendo que sus alientos se combinaran y sentía que el lugar cada vez se hacía más pequeño logrando que el menor se pegara aún más a él.

¿Cómo era eso posible?

Tragó saliva en el momento que Beom se acomodó en su lugar haciendo que quedara entre sus piernas, era una posición bastante comprometedora pero al parecer al castaño no le molestaba, o no mostraba ni un poco de incomodidad.

—Realmente tienes algo, YeonJun, ¿Qué pasa? ¿Es porque me estoy moviendo mucho?

—No... ah, ¿No está incómodo?

—Un poco, pero es porque no logro acomodarme bien, ¿Y tú?

—No... ¿no te molesta estar muy cerca de mi?

—¿Ah? No, claro que no, siempre estamos cerca, ¿Porqué las preguntas? YeonJun.

El nombrado se mantuvo en silencio y llevó de nuevo una de sus manos al rostro del menor, se encontraba un poco lejos de él.

—No lo sé... Beomgyu, ah... esto puede ser incómodo.

Beomgyu tragó saliva al sentir como YeonJun se acercaba a él y apretaba suavemente su mandíbula entre sus dedos, abrió sus ojos notando como la suave luz que la luna les daba le mostraba como YeonJun mantenía sus ojos cerrados.

¿Qué pretendía hacer?
Su corazón latió con frenesí, estaba nervioso, ansioso, una parte de él quería saber que era lo que haría su mejor amigo pero otra parte estaba ansioso por que le causaba mucha intriga. Aunque tenía una pequeña idea no sabia si era la correcta.

—Beomgyu...

—¿Si?

—Perdóname, pero... ya aguanté mucho.

Tras decir esto el pelirojo unió sus abultados labios contra los del menor quien se sorprendió pero aun así no se alejó, el mayor se aventuró un poco a succionar con suavidad el labio inferior del castaño y este no hizo más que dejarse, sorprendido aunque una parte de él también había esperado eso, correspondió al beso cerrando sus ojos llevando sus manos a los anchos hombros de su mejor amigo a la vez que se animaba a también succionar sus labios.

YeonJun podía notar el dulzor de la barra de cereal que le había dado minutos antes, y eso le causaba ternura, siguió probando los labios del menor acercandolo aun más a su cuerpo hasta que el aire le hizo falta, suspiró contra los labios de Beomgyu quien jadeaba suavemente temblando un poco entre sus brazos. Ambos en silencio.

—¿Puedo seguir? —. Preguntó YeonJun apretando sus dedos en la pequeña cintura del castaño quien tragó saliva.

—Si. —Respondió por lo bajo Beomgyu esperando con ansias los labios del mayor.












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Uffas, ¿Qué les va pareciendo? Espero que les esté gustando jeje

Gracias por leer y darme una oportunidad, pásense por mis demás obras no se van arrepentir... creo

Dudas, quejas y mentadas de madre a la autora, aquí 💌

—Bibi_SADNESS (Mokka)

Casillero || Yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora