• Capítulo 5

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Los besos entre ambos se habían hecho aún más constantes y podían sentir cada vez como estos subían de intensidad, sus respiraciones cada vez se mostraban más agitadas, y sus cuerpos emanaban aún más calor.

No querían romper aquel ambiente, pero aún así no sabían si estaban haciendo lo correcto.

Beomgyu miró a los ojos del mayor entre la oscuridad y suspiró al sentir como sus manos se aventuraban por debajo de su camisa, pero estas solo se aferraron a su cintura atrayendolo más a él, aunque estaban en un espacio muy estrecho sentía que la distancia entre ambos era inmensa, Beom rió por lo bajo pasando sus manos por el pecho del mayor hasta sus cabellos atrayéndolo para atrapar de nuevo sus labios en un feroz beso.

Ambos soltaron un sonido lleno de gusto al sentir como sus labios se atrapaban entre sí, probándose perfectamente el uno al otro.

—Beomgyu, ¿Puedo?

El menor se sonrojó aun más, y asintió, sintiéndose nervioso, pensando que estaban apresurandose demasiado pero aun así no podía negar que había deseado demasiado eso, había imaginado tanto como seria ser tomado por el pelirojo.

—Si, YeonJun—. Respondió por lo bajo suspirando al sentir como la mano del mayor acariciaba su abdomen subiendo hasta su pecho.

Y soltó un pequeño gemido al sentir sus dedos sobre uno de sus pezones, aquella zona era tan sensibles para él, que no pudo evitar jadear al sentir como este pellizcaba con cierta fuerza sus pezones, apretó sus labios tratando de no hacer mucho ruido, temía ser escuchado por los guardias de seguridad.

YeonJun comenzó a frotarse contra el menor sintiendo como su miembro ya estaba completamente erecto por él, también sabía que estaba mal el hacer eso cuando apenas se había confesado al menor pero aun así no podía evitarlo, era una tentación.

Tenerlo ahí, besando sus dulces labios, sus suaves sonidos gustosos por sus besos, y el calor que transmitía su delgado cuerpo le estaba volviendo loco. No podía detenerse ahora que tenia la autorización del menor, quería tocar su cuerpo, tomarlo, aunque estuviesen en ese pequeño lugar.

El pequeño gemido que emitió Beomgyu lo sacó de sus pensamientos, y notó como este movía sus caderas en busca de más fricción entre sus miembros, sonrió satisfecho por eso soltando un gruñido al sentirse estimulado, no dudó en llevar una de sus manos al pantalón del menor desabrochandolo rápidamente, bajándolo junto a su ropa interior hasta sus tobillos, no podía ver muy bien el cuerpo del menor pero sus manos se encargaron de acariciar y admirar su suave piel.

Apretó entre sus manos los glúteos del menor sintiendo los suaves y esponjosos que estos eran, justo como se lo había imaginado, quería morderlos, pero en ese momento era imposible así que solo apretó escuchando los pequeños gemidos que emitía el menor gustoso por sus toques.

—Yeonnie...—Murmuró con su voz temblorosa, acercándose aun más a él en busca de más estímulo.

—Me gustas mucho, Beomgyu.

El menor sonrió encantado, y llevó sus manos hasta el bulto del mayo apretandolo bajo su mano sintiendo perfectamente su hombría, era grande, eso le puso nervioso pero aun así quería que siguiera, incluso se sintió más excitado, era tal y como lo había imaginado.

—Me gustas más, Yeonnie. —Respondió tras unos segundos acariciando el bulto del mencionado, y con calma bajó sus pantalones junto a su ropa interior.

Casillero || Yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora