La razón de mi desastre [Con dolor #2]

viii. tinta imborrable

El nuevo novio de alguien más.

¡Qué maravilla! He escuchado que sales con alguien, es tiempo; me alegra como no tienes idea. Yo salí con dos chicos después de que terminamos.

¿Cómo es la chica? Espero sea linda, he oído maravillas de ella. Al parecer la conoces desde que tenías quince y siempre estuviste enamorado de ella, hasta que me conociste. Ojalá y tengan muchos hijos, ojalá se casen y sean felices por siempre.

Estoy en la iglesia de New Hope, en esta iglesia quería que fuera nuestra boda. Si algún día te casas con tu nueva novia, este lugar sería perfecto para la celebración. Un extenso pasillo que lleva al altar, butacas de madera de roble, enormes vitrales de colores y un hermoso y colorido altar.

Tal vez yo podría sacar las fotografías y hacer un álbum de recuerdos.

Eso sería maravilloso. ¿No crees?

Tu nueva novia podría comprar su vestido en aquella boutique francesa y antigua con grandes aparadores de cristal que exhiben sus vestidos en largas hileras. Las flores podrían comprarlas en ese invernadero de tulipanes al que fuimos alguna vez. A ti te gustan los tulipanes.

Tendrán la boda perfecta, te lo aseguro.

He hablado mucho de ti, hablemos de mí y del pasado. Cuando terminamos me fui cuatro meses, cuatro largos meses en los que no supiste nada de mí y en los que creí que estando lejos de la ciudad me olvidaría de ti. Que equivocada estaba. Tenía más tiempo libre y tiempo libre implicaba pensar en ti.

Pero ahora al fin me siento capaz de viajar.
Me voy a Malibu, una semana. Totalmente sola.

Tal vez cuando regrese tendré algo nuevo que contarte. Tal vez cuando regrese tú ya le habrás propuesto matrimonio a tu nueva novia. Tal vez cuando regrese tú te hayas mudado de ciudad. Hay tantas posibilidades.

Estoy dramatizando, lo sé. Tan solo llevan un par de semanas de haber empezado a salir, no deben estar pensando en casarse y todo ese asunto. Perdón.

Pero está escrito con tinta imborrable, lástima.

Espero que la nueva novia te ayude a superar los viejos vicios que volvieron.
Suerte, Ben.

La que pudo haber sido tu esposa.