VIOLETA
En poco tiempo ya estoy de camino hacia mi casa. Cruzo el puente que nos separa del centro de la ciudad y no puedo evitar sentir esa presión en el pecho que solo aparece cuando estoy nerviosa.
Me sorprende también el hecho de estar así cuando solo estoy por ver a Denna, mi mejor amiga desde que tengo uso de razón. Quizás me asusta un poco que su nueva vida sea más interesante que lo que solíamos tener.
Borro rápidamente ese pensamiento de mi mente y trato de alegrarme con la situación. Denna es una de esas personas que solo regala amor y me gusta agradecerlo de la misma manera.
Entro a mi casa por uno de los ventanales; sagradamente, cada mañana mi mamá los deja abiertos. No es coincidencia tampoco, pues jamás traigo llaves.
Recostada sobre el sillón, y junto a Martin, se encuentra mi mejor amiga. Al unirse nuestras miradas, automáticamente dejamos escapar una sonrisa y corro a saludarla.
—No puedo creer que estes aquí —susurro, sintiendo su perfume —¡Mírate, tienes un tatuaje! —exclamo sorprendida.
—Me lo hice la semana anterior —responde con emoción —¿Te acuerdas cuando te hable de un tal Alex?
—Me acuerdo —digo con tono burlón mientras admiro el pequeño elefante en su antebrazo.
—¡Se lo hizo el novio! —interrumpe Martin —Es tatuador.
—¡Pero Martin! Yo quería decirle —se queja Denna, estira su brazo y lanza un cojín que impacta directamente con su cara —Vente, Violeta, vamos a tu pieza para no ver a tu hermano molestoso —añade mientras toma mi mano y me lleva en dirección a mi habitación. Mientras camina se voltea y le enseña la lengua a Martin a modo de burla.
Por momentos se comportan como verdaderos hermanitos pequeños y me hace gracia.
—¿Como que tienes novio? —pregunto cuando cierro la puerta. Denna se recuesta sobre la cama y yo tomo asiento en una silla, quedando frente a ella.
—A ver, novio novio —dice divagando —Aún no me lo ha pedido pero pronto... —hace una pausa y me enseña su dedo anular, como si pudiera ver un anillo invisible.
Suelto una risa con la comparación. Denna se casaría con un hombre que conoció hace un mes y yo a veces siento que no podría comprometerme con uno en una simple relación.
—Bueno ahora me cuentas tú —dice —Puede que un pajarito me haya contado una cosa...
—Yo nada —respondo, evitándole la mirada.
Ya estoy sintiendo como busca en mis ojos si estoy mintiendo cuando la vibración de mi teléfono me distrae. Lo saco del bolsillo y es un mensaje de Chiara.
@chiaraoliver: como vas?
@chiaraoliver: mi amiga ya se fue:-(—¿Y esa sonrisita? —pregunta levantando una ceja —¿Es él?
Desvío mi mirada hacia Denna y me pregunto que sabrá, aunque definitivamente no es un él.
—Es una amiga —respondo mientras encojo los hombros. Últimamente hago mucho ese gesto. Noto también que Denna no esta conforme con mi respuesta así que añado un poco más —Le gusta lo que escribo.
—¿Todavía lo haces? —pregunta intrigada. Asiento con una sonrisa —¿Algún día me dejarás ver algo? —añade con una suplica juguetona.
—Tal vez... —digo un poco evasiva.
Mis palabras aveces son tan íntimas que prefiero que solo las lean aquellas personas que no me conocen. La excepción por el momento sería Chiara... Pero ella tampoco me conoce, y la probabilidad de vernos es casi nula así que no cuenta.