El amanecer era suave, filtrando la luz a través de las cortinas del salon. Tim abrió lentamente los ojos, sintiendo una calidez envolvente y cómoda. Parpadeó un par de veces, intentando despejar la niebla del sueño.Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba acurrucado en el sofá, y más importante aún, estaba acurrucado entre los brazos de Jason.
Sintió el brazo firme de Jason alrededor de su cintura, manteniéndolo pegado a él. El calor del cuerpo del segundo Robin era reconfortante, pero también abrumador. Tim frunció el ceño, dándose cuenta de la situación.
¿Cómo habían acabado así?
Intentando liberarse sin despertar a Jason, Tim se movió lentamente, tratando de escurrirse de ese abrazo inesperadamente posesivo. Pero antes de que pudiera hacer un movimiento más, Jason, en lugar de aflojar su agarre, lo apretó más contra su pecho, envolviéndolo aún más en un abrazo que no le dejaba escapatoria.
-¿A dónde crees que vas?-murmuró Jason con voz ronca, claramente despierto.
Tim resopló, intentando empujar el brazo de Jason para liberarse.
-Suelta… suéltame, Jason.
Jason, sin abrir los ojos y con una sonrisa burlona en los labios, no soltó su agarre. En cambio, inclinó un poco la cabeza hacia Tim y susurró...
-¿Dónde está mi beso de buenos días?
Tim sintió un leve calor subirle a las mejillas. Era temprano, todavía estaba medio dormido, y ese tipo de bromas tan descaradas no eran lo primero que quería enfrentar por la mañana.
-Estás soñando si crees que te voy a dar un beso de buenos días-replicó Tim, aún intentando liberarse.
Jason finalmente abrió los ojos, mirando a Tim con esa mirada pícara que siempre lograba hacer que Tim se sintiera incómodo y… algo más. Su sonrisa se amplió, disfrutando claramente de la situación.
-Vamos, Drake-dijo Jason en tono juguetón, mientras lo mantenía firmemente abrazado-Después de dormir tan cómodamente entre mis brazos, un beso de buenos días es lo mínimo.
Tim rodó los ojos, sabiendo que no iba a ganar fácilmente esa discusión, pero tampoco iba a rendirse sin una buena pelea.
-Ni en tus sueños-repitió Tim, empujando más fuerte contra el pecho de Jason, intentando separarse de una vez por todas.
Pero Jason solo sonrió con esa expresión pícara que siempre lograba frustrar y, al mismo tiempo, intrigar a Tim.
-Entonces nunca te soltaré-
respondió Jason, su voz ronca y cargada de esa confianza desafiante que lo caracterizaba.Tim, sintiendo cómo el calor subía a sus mejillas, levantó una ceja y lanzó su réplica con un tono amenazante
-¿Quieres morir, Todd?