¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿¡Pero por qué coño te pones así!?-Grito el 3 Robin mientras entraba a su habitación con Jason detrás.
-¿Crees que me importa que hayas salido con él?-Una risa cruel brota de sus labios.
-Sí, eso parece-Dijo cruzandose de brazos y haciendo que sus miradas se encuentren.
-Pues no me importa una mierda
¿Qué por qué era todo ese escándalo?
Tim y Conner habían salido a patrullar juntos, mientras tanto Jason le había mandado unos cuantos mensajes, al cabo de las horas este no respondía, la noche seguía avanzando, entonces comenzó a llamarlo y tampoco respondía en cuanto piso la mansión el mayor se acercó para hacerle muchas preguntas se veía enfadado y cuando le dijo que estaba con Conner patrullando todo explotó.
-Sabes que odio que no me respondas los mensajes.
-¡Estaba patrullando!
-¿Y no podías decírmelo?
-¿Por qué debería decírtelo?
-Porque si.
-¿Porque si?-Respondio Tim alzando una de sus cejas.
-Exacto
-Jo-de-te.
-¡Jodete tu puto reemplazo!
-¡Vete de mí habitación!-Dijo yendo hacia la puerta para abrirse la y que esté saliese. Pero su muñeca fue agarrada con fuerza y Jason le dio un tiro para que se volviesen a encontrar de cara
-¡No me toques joder!-Dijo intentando soltarse inútilmente
-¡La otra noche no decías eso!-Dijo en un tono burlón
-¡Eres un imbécil!
Sus miradas se encontraron como dos rayos colisionando en el cielo, de una manera tan espantosa y tan ruidosa que ambos se quedaron en silencio, sus pieles tocándose hacían arder la palma de la mano de Jason y la muñeca agarrada de Tim.
-Eres un capuyo...-Dijo Tim sin despegar sus miradas.
-Ya, un capuyo con el que gollas y te besas.
-Pues quizás deje de hacerlo.
Ambos se quedaron en silencio, pero de repente la boca de Jason atrapo la del más bajo, con un hambre voraz cerrando sus ojos y soltó su muñeca para que sus manos se anclaron en la cintura de Tim.
Mierda...
Otra vez...
El tercer Robin llevó sus manos al pecho del contrario, tratando de mantener el control. Mierda. Esto iba a pasar una vez y otra vez, hasta que uno de los dos dijera basta.
Odiaba cuando Jason lo llamaba reemplazo, más con ese desprecio.
Odiaba pescegó centurismo que le hacía creer que era mejor que él en todo.
Vale, sí podía ser más fuerte.
Pero no más inteligente.
Todo lo contrario era un bruto sin cerebro que usaba la violencia sin pensar.
Le temblaron las rodillas cuando la lengua de Jason entró para pelear con la suya, sentía un deseo palpitante crecer en su estómago, como si estuviesen encendiendo una fogata.
