Capítulo 4. Conocernos.

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Después de resolver el problema del baño, ambos erizos compiten para regresar a la habitación primero entre empujones y puños, sus patitas mojadas dejan huellas en la alfombra roja que está en el pasillo y María no puede evitar sacar unas foto con su celular por lo adorable que se veían las almohadillas marcadas por el agua.

Cuando llegan a la habitación, Sonic deja caer la toalla que lo envuelve y sacude su cuerpo como un perro para quitarse la sensación incomoda de agua en las púas haciendo que salpicara por todas partes, Shadow gruñe molesto por los pocos modales del otro erizo y recoge la toalla para ponerla sobre su cabeza.

-Usa la toalla para secarte, esa es su función...

Sonic le saca la lengua, ¿Quien se cree que es? ¿Su madre?

Shadow sabe la rutina, se sienta pacientemente en la cama y María comienza a secar su pelaje con un secador eléctrico mientras lo cepilla. Los ojos verdes de Sonic miran atentamente la escena mientras el mismo intenta secar su propio cuerpo con su lengua, acicalando su pelaje azul.

-Sonic, no hagas eso. Espera un momento y te secaré también.- Dice María con una sonrisa, viendo divertida como el erizo azul intenta llegar a partes casi imposibles de su cuerpo, era muy flexible.

El pelaje de Sonic estaba esponjado por completo con el secador eléctrico después de unos minutos. María lo cepilla mientras canta alegremente, está muy entretenida con Sonic y por supuesto, el erizo se sentía muy extraño con todos estos cuidados, como si estuviera atrapado en otra realidad muy diferente. Por primera vez cuidan de él como es debido, es extraño y ver cómo liman sus garras, perfuman sus púas dónde se queja levemente por el ardor en sus heridas.

El pelaje azul ahora era hermoso, suave con el bálsamo y con un aroma dulce que cualquiera peluche de una niña podría llevar.

-Oh dios mío. - María se lleva la mano a la boca cuando nota las patitas desnudas de Sonic.

Tiene almohadillas rosadas sobresalientes entre el pelaje melocotón en la planta de sus patas, garras negras igual de largas que se extienden y se esconden cuando Sonic las mueve. La niña se acerca curiosa, pidiendo permiso antes de poder tocar lo que parecían ser suaves y blandas, una felicidad indescriptible para la niña cuando el erizo azúl asiente confundido, el como tocar sus patas le causara tanta felicidad y admitir que se sentía bien, como un masaje agradable. Shadow tenía las almohadillas del mismo color rosa en sus patas, pero la diferencia es que justo el tercer dedo dónde comenzaba la franja roja de su pelaje la almohadilla era de un color gris casi negro, un lunar que se repetía en todas sus patas.

Pequeños detalles que nunca se había sentado a observar.... Incluso mirando sus propias manos, era como mirarse por primera vez.

Sonic siempre se preocupó más por sus niños y el bienestar de ellos, que preguntarse de que color eran las palmas peludas de sus manos.
Se mira en el espejo de la habitación mientras la María y Shadow no están.

Mirando su reflejo... tiene calcetines nuevos y sus zapatos rojos limpios, nuevo par de guantes, peinado y perfumado aún conservando su antiguo chaleco de asiente color rojo.

Aún así, sentía todo fuera de lugar.... María era buena niña no había dudas de eso, pero...

-Hora de salir, erizo.- Dice el mayordomo de María. Tiene una correa y un bozal en sus manos, también el control de su collar haciendo que las púas de Sonic se erizarán notoriamente con un gruñido.

María detestaba usar correas o bozales, pero no tuvo más alternativas con Sonic para que este siguiera al hombre fuera de la habitación, una correa roja en su cuello es suficiente para que el erizo caminara a su lado por los pasillos de la mansión, el erizo azul no protesto, mantiene la cabeza erguida con fastidio.

Halter [ShadOnic/SonaDow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora