Dia 13

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Hoy Marta me dijo que estoy diferente. Me lo soltó por mensaje, justo cuando yo intentaba aparentar que todo estaba bien.

—Te noto raro —me dijo con la forma de hablar que siempre usa cuando sabía que algo no iba bien.

—¿Pq? Ntp... estoy bien —respondí, casi sin pensar. La misma respuesta que llevaba dando desde hacía semanas. La verdad es que ya ni siquiera me esfuerzo en sonar convincente.

—No te creo. Estás raro últimamente, como si ya no me quisieras hablar —dijo, dejando la frase en el aire, esperando que yo dijera algo más.

—Es solo el instituto, Marta, estoy cansado —mentí de nuevo, como siempre.

— Okeeei, te quiero —respondió inocentemente pensando que todo iba bien.

Sé que tiene razón. Lo siento en cada conversación, en cada mensaje que nos enviamos. Es como si estuviéramos hablando a través de una pared, como si hubiera algo entre nosotros que no podemos ver, pero que está ahí. No sé cuándo empezó, ni cómo, pero ahora siento que todo lo que hago es una especie de actuación. Me esfuerzo por parecer bien, para que no se preocupe ni me haga preguntas incómodas, pero por dentro me estoy desmoronando poco a poco.

Y lo peor es que sé que no es solo eso. No es el cansancio, ni las clases, ni los deberes. Es algo mucho más profundo. Algo que ni siquiera puedo poner en palabras, porque ni yo mismo lo entiendo. Es como si me estuviera apagando lentamente, como si cada día que pasa fuera más difícil sentir algo de verdad.

Las clases, los deberes, el gimnasio, incluso Marta... todo parece estar vacío ahora. Antes, hablar con ella me hacía sentir mejor. Era el único momento del día en el que podía desconectar un poco de todo lo demás, en el que podía ser yo mismo sin tener que fingir. Pero ahora, ni siquiera con ella siento alivio. De hecho, hablar con ella me hace sentir más solo que nunca. Porque mientras ella sigue siendo la misma, mientras ella sigue preocupándose, yo me estoy alejando sin remedio. Y no sé cómo volver.

Después de colgar, me quedé en la cama durante horas, mirando el techo. A veces pienso en si esto es todo lo que la vida tiene para ofrecerme. ¿De eso se trata? ¿Levantarse todos los días, hacer lo mismo una y otra vez, sin que nada cambie realmente? La rutina me está devorando, y no veo una salida. El instituto, las clases, el ir y venir constante, las mismas caras, las mismas conversaciones. Me siento atrapado en un ciclo interminable, y la idea de que esto pueda ser mi vida para siempre... me aterra.

Lo peor es que no veo una manera de cambiarlo. No sé qué tendría que hacer para sentirme diferente, para escapar de esta sensación de vacío que me envuelve. A veces pienso en lo fácil que sería dejarlo todo, simplemente desaparecer. Pero, ¿adónde iría? ¿Qué haría? No hay un lugar en el mundo al que pueda escapar de mí mismo.

Quiero sentir algo. Cualquier cosa. Pero por más que lo intento, todo lo que siento es ese vacío que no me quiere soltar.

30 DIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora