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— Por aquí — les indiqué en voz baja, haciendo un gesto para que camináramos en silencio hacia un lugar más seguro.
— Oigan, esperen un momento. ¿Vamos a dejar a Rufus aquí al lado y seguir de largo? —interrumpió Barret, su mirada intensa recorrió nuestros rostros en busca de una respuesta ante el movimiento de Yuffie, quien se había alejado de nosotros con la intención de enfrentarse a Rufus. El silencio que le siguió lo llevó a continuar, pero fue interrumpido.
— Ese no es nuestro propósito, Barret — replicó Nora, fijándose en él con determinación — No voy a poner a Aerith en riesgo. Nuestra misión es derrotar a Sephiroth, ¿verdad? — me miró, como si buscara apoyo en mí. Entendía la frustración de Barret, pero también reconocía que eso nos pondría en peligro. Captó mi vacilación, porque soltó un suspiro y se rasguñó la nuca, visiblemente incómodo.
— Tienen razón — asintió, resignándose — Pero, ¿cómo vamos a subir a ese maldito barco?
— Yo sé como
— ¡Por la fuerza bruta! — propuso Barret con entusiasmo
— No, la mayoría de los participantes son militares, demasiados enemigos. Pero si me hago pasar por uno, podre conseguir un acceso
— ¿Lo dices en serio? — cuestiono Tifa
— Totalmente. Ustedes podrían comprobar el puerto y ver cuanta vigilancia hay, al tanto observamos a donde se dirigen los de las túnicas
— ¡Venga, hombre! — protesto Barret
— El plan consiste en no destacar — recordé
— Hmmm... me parece razonable — murmuro Red
— Ni lo menciones — dijo Barret
— Entonces, me marcho. Tengo que conseguir un uniforme — respondí decidido, dándome la vuelta para marcharme, pero me detuve al escuchar pasos detrás de mí. Al girar, vi a las chicas frente a mí, con una mezcla de determinación y entusiasmo en sus rostros.
