La boda

72 9 0
                                    

Con la boda a la vuelta de la esquina, los días previos estuvieron llenos de preparativos. El ajuar de Eloise estaba listo, con su equipaje repleto de libros, pertenencias y, por supuesto, su impresionante vestido de novia. Aunque Eloise no estaba emocionada con la idea de casarse, tampoco se mostraba desinteresada. Estaba dispuesta a aceptar su nuevo papel como Lady Crane, después de todo Phillip le prometió la libertad que ella buscaba.

Mientras tanto, Romney Hall se preparaba para recibir a la nueva señora de la casa. Una habitación cómoda con un escritorio, especialmente diseñada según las solicitudes de Eloise, esperaba su llegada.

En los días previos a la boda, la pareja había creado una rutina placentera. Cada día, Phillip y Eloise salían a pasear por diferentes zonas de Londres. Ya no eran simplemente Sir Phillip Crane y la señorita Bridgerton; ahora eran Phillip y Eloise, dos personas que habían forjado una amistad genuina.

Durante esos paseos, compartían historias y gustos personales. Eloise conocía los platos favoritos de Phillip, y él le hablaba con pasión sobre las plantas. Ella lo escuchaba con interés, y él se maravillaba con sus comentarios sobre los libros que leía. Juntos, discutían temas que les apasionaban.

Eloise comenzaba a sentir que, después de todo, había tenido suerte de encontrar a Phillip en su camino. Él se había portado excepcionalmente bien con ella, prestándole atención y compartiendo sus pensamientos. Descubrió en él a un hombre interesante, con un sentido del humor que pocos conocían.

Detrás de su fachada seria y tímida, Phillip escondía un corazón cálido y una mente inquisitiva. Eloise se sentía atraída por esa faceta de su personalidad, y comenzaba a imaginar que aunque no se portaran como marido y mujer, su futuro de todas formas estara lleno de conversaciones estimulantes y risas compartidas.

Phillip y Eloise se encontraban saliendo de una librería, el le compró 2 libros con la considicon de que uno sea sobre botánica, últimamente siempre que querian que uno hiciera algo por el otro era bajo condiciones, era un juego pícaro que solo ellos entendían, se sentían cómplices de todo.

"Phillip" eloise llamo la atención de Phillip

"¿Si?" El salio de sus pensamientos

"Tengo una duda... sobre la boda" Agrego eloise

"¿Qué pasa?" Pregunto con curiosidad

"He asistido a la boda de mis hermanos" eloise vaciló un poco "se que hay un momento en que la pareja se besa" Phillip la miraba atentamente "como la reina estará presente ¿Debemos besarnos?"

Phillip sintió que su pulso se aceleró un poco, la sola idea de imaginar que podría besar a Eloise lo volvía loco. "Hum... la verdad... no lo había pensado"

Claramente eso era una mentira, desde que Eloise acepto casarse con él, no sacaba de su cabeza la imagen de poder besarla mientras ella vestía su vestido de novia. "Creo que si la Reina esta presente, sería creíble que nos besemos cuando se haga la unión, puede ser un beso corto, para no levantar sospechas" Agrego Phillip

Phillip y Eloise salieron de la librería, rodeados por el aroma de papel y tinta fresca. Eloise llevaba dos libros bajo el brazo, uno de ellos sobre botánica, cumpliendo con la condición que Phillip había establecido. Era un juego pícaro que solo ellos entendían, un intercambio de favores y condiciones que los hacía sentir cómplices.

"Phillip" Eloise llamó la atención de Phillip, con voz melodiosa.

"¿Sí?" respondió Phillip, saliendo de sus pensamientos.

"Tengo una duda... sobre la boda", agregó Eloise, su mirada llena de curiosidad.

"¿Qué sucede?" preguntó Phillip, intrigado.

Por orden de la reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora