Penelope Bridgerton estaba sentada en la elegante sala de su hogar, acompañada por su primo político, Sir Phillip Crane. La luz de la tarde se filtraba a través de las ventanas, iluminando la estancia con un cálido resplandor. La conversación fluía con facilidad, recordando momentos compartidos con su esposo Colin, con quien Phillip había forjado una estrecha amistad.
Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida por la llegada de un lacayo, que entregó una carta en manos de Penelope. Su rostro se ensombreció al leer el contenido.
"Eloise", musitó, su voz llena de preocupación.
Sir Phillip se inclinó hacia ella, su expresión interrogativa.
"¿Ocurre algo, Señora Bridgerton?", preguntó.
Penelope no pudo decir más. Las palabras se atascaban en su garganta, mientras su mente corría hacia su mejor amiga, Eloise. La carta parecía contener un secreto, uno que podría cambiar el curso de su vida.
La habitación pareció silenciarse, como si el tiempo mismo se hubiera detenido. Solo el tic-tac del reloj de pared rompía el silencio, recordando la urgencia de la situación.
Phillip se levantó de su asiento, su presencia imponente en la estancia.
"¿Qué pasa con la señorita Bridgerton?", insistió.
Penelope alzó la vista hacia él, sus ojos reflejando la angustia que sentía.
"La carta... es del palacio", dijo finalmente, su voz apenas audible.
Phillip frunció el ceño.
"¿Qué tiene que ver el palacio con Ella?"
Penelope respiró hondo antes de responder.
"La reina ha emitido un decreto..."
Al resto de hogares llegaba la carta enviaba por la Reina, el interior nunca se pensó que causaría el pánico entre un determinado grupo de mujeres
Londres, 12 de julio del 1822
Carta Real
A todos los ciudadanos de nuestro reino,
Es con gran importancia que les dirijo estas palabras. En virtud de mi autoridad real, he decidido implementar una medida que asegurará el futuro y la prosperidad de nuestra nación.
Por la presente, se establece un plazo de cuatro semanas, comenzando hoy y concluyendo el día 12 de agosto, para que todas las mujeres solteras mayores de 25 años contraigan matrimonio. Esto puede ser por amor, conveniencia o cualquier otra razón que mueva a las partes.
Cualquier mujer que no cumpla con este requisito será enviada a uno de los conventos designados en todo el reino de Inglaterra, donde podrán dedicarse a una vida de servicio y devoción, sin derecho a comunicación con sus familias.
Mi deseo es que esta medida incentive el crecimiento de nuevas generaciones y fortalezca la estructura familiar en nuestra sociedad.
Atentamente,
Reina Charlotte
Después de la llegada de la carta real, el caos se apoderó de las calles de Londres, también en la casa número 5, la residencia de los Bridgerton. La familia, conocida por su elegancia y refinamiento, se vio sacudida por la noticia.
Daphne y Francesca, ya casadas y establecidas, estaban a salvo de la decreto real. Hyacinth, aún muy joven, no había debutado en sociedad y estaba exenta de la orden. Pero Eloise, la inteligente y independiente hija de los Bridgerton, era la única que se ajustaba a los requisitos de la reina.
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Por orden de la reina
RomanceEloise Bridgerton una solterona de 26 años, vivía su vida normal, su rutina de siempre, dedicada a leer libros, visitar a su mejor amiga, convivir con su familia Un comunicado de la reina hace que su vida de un vuelco, tendrá que casarse o ya no ten...