Sala de espera | Kyman.

4

Eric's POV

Mi alarma había estado sonando durante cinco minutos enteros, pero no tenía ganas de apagarla ni de levantarme. Podría fingir que estaba enfermo, o quizá sólo faltar sin justificación alguna. Sin embargo, si sólo me desaparecía, Butters y Kenny se volverían un dolor en el trasero y me cuestionarían sin fin. Con ese pensamiento en mente, me levanté. 

Esperar el autobús siempre se sentía como una eternidad. Quería que llegara pronto, pero al mismo tiempo quería que jamás llegara. Raro, ¿no? 

Cuando llegó, subí y pude distinguir a cierto pelirrojo que me miró con una gran sonrisa. Kyle era muy... ¿cómo decirlo? era como un chicle. Pero no era insoportable como otras personas, aunque el hecho de que sonriera tanto me molestaba un poco. Señaló el asiento junto a él, invitándome a sentarme, y yo accedí ya que no tenía razón para negarme.

— ¡Buenos días! —saludó alegre.

— ¿Siempre despiertas tan enérgico? —pregunté con el ceño fruncido. 

— Eso es porque... mira esto —buscó algo en su mochila y, después, me enseñó una bolsa de dulces. 

— ¿Y?

— ¡Agh, Eric, no lo entiendes! ¡Estos dulces acaban de salir, y son lo mejor! —exclamó emocionado, abriendo el paquete y extendiéndolo hacia mí para que tomara un poco. 

Kyle siempre era así. Más de una vez lo había visto ofrecer hasta el punto de quedarse casi sin nada, pero él seguía ofreciendo. No sé si era demasiado amable, o demasiado idiota. Siempre quería preguntarle por qué era sí, pero no me correspondía y, peor aún, no me importaba. 

Hablamos un poco. Bueno, él habló y yo escuché, hasta que llegamos a la escuela. Kyle no hablaba tanto como creía, parecía que disfrutaba del silencio de vez en cuando, lo cual agradecí. 

— Hey, Kyle —lo llamé.

Él se notó sorprendido porque decidí hablar, pero al mismo tiempo se veía feliz de que esta vez yo diera el primer paso. 

— ¿Qué pasa?

— Eres bueno en biología, ¿no? —él asintió—. ¿Crees que puedas ayudarme? El profesor dijo que no estoy muy bien, y no tengo ganas de atrasarme. 

El pelirrojo me miró con una gran sonrisa, parecía emocionado por la idea. — ¡Claro! Tú me ayudaste con matemáticas, déjame regresarte el favor. 

— No fue un favor, fue un intercambio. Yo te enseñé el proceso, y tú me enseñaste tu cabello —dije con simpleza, encogiéndome de hombros—. Este es otro intercambio.

Escuché a Kyle reír. Su risa era suave, y sus ojos tenían cierto brillo. 

— ¿Intercambio? ¡Olvídalo! —respondió, eso me hizo fruncir el ceño—. Somos amigos, te ayudaré con gusto.

Parecía convencido, y sabía que era muy terco, así que decidí dejarlo pasar. Sus palabras eran exactamente las mismas que Butters y Kenny siempre me decían, ¿acaso todos pensaban así? ¿cómo es que sacarían un provecho si todo lo hacían por amabilidad? Eso me generaba náuseas, pero la sonrisa de Kyle me transmitía cierta calidez. 

— Bien, pero tendrás que ser paciente conmigo, no he puesto atención en ninguna de las clases de biología —dije en un tono bajo, y pude ver cómo asentía.

— Vas a aprender tanto que podrás volverte el profesor —aquel tono juguetón, junto a esa típica risa, me hizo sonreír un poco. 

Nos separamos debido a que teníamos clases diferentes y, mientras caminaba por el pasillo, vi a Kenny y Butters hablando animadamente. 

— ¡Hey, Cartman! —me saludó Kenny mientras me acercaba.

— Eric, buenos días —le secundó Butters.

— Se ven animados hoy —saludé de regreso.

— ¡Claro! Es un gran día, ¿no crees? —dijo Kenny, sonriente. 

Lo miré con confusión, pero quizá estaba feliz porque había salido con alguna chica o algo.

— Oye, Cartman, ese chico pelirrojo... —las palabras de Kenny me hicieron fruncir el ceño, creía saber a dónde quería llegar—. ¿Cómo dijeron que se llamaba?

— ¿Hablas de Kyle? —dijo Butters. 

— ¡Sí, él! Kyle —respondió el otro rubio—. ¿Son cercanos?

— ¿Por qué preguntas? —mi tono sonó más grosero del que quería.

— Uy, tranquilo —soltó una carcajada—. Me parece lindo, ¿o qué? ¿no está disponible? —preguntó con aquel horrible tono burlón que usaba para molestarme.

— ¿Cómo voy a saber eso? Pregúntale tú. 

— ¡Vamos, viejo! Ayuda a tu amigo Kenny, juro que seré serio —dijo con voz de súplica. 

— No lo sé, Kenny —esta vez fue Butters quien habló—. Kyle es un chico sensible. 

— Ouch, ¿estás diciendo que voy a romperle el corazón o algo así? Me hieres, Butters. 

— No es eso, sólo que... no creo que sea buena idea, ¿sabes? Podrías salir con alguien que prefiera algo casual como tú —a decir verdad, era la primera vez que veía que Butters le hablaba de forma tan seria a Kenny. 

Mientras ambos parecían discutir de por qué era buena o mala idea que Kenny se acercara a Kyle con esas intenciones, yo sólo podía pensar. Necesitaba que Kyle me ayudara con biología, sino probablemente no lograría pasar. Además, ahora compartíamos una clase juntos y no quería que todo se pusiera raro. A mí no me importaba la tensión, pero sabía que Butters apreciaba a Kyle y no quería que la pasara mal. 

Aún así, lo más importante eran mis propios motivos. Así que sin pensarlo, decidí meterme a la conversación una vez más—. Kenny, no puedes salir con Kyle.

Él frunció el ceño, mirándome como si lo hubiera insultado. — ¿Qué? ¿Tú también, Cartman? No creí que estarías de acuerdo con Butters.

— Me importa una mierda lo que opine Butters —no mentí, realmente no me interesaban sus motivos—. Yo no quiero que salgas con él. 

— ¿Y eso por qué? —se cruzó de brazos, mirándome retador. 

Mierda, odiaba esa mirada suya cuando le negaban algo. Lo peor es que no tenía una excusa, ¿qué iba a decirle? ¿que necesitaba que Kyle fuera mi tutor? Eso no iba a ser suficiente. Y como si mis palabras no tuvieran consecuencia alguna, me atreví a responder con lo primero que se me cruzó por la cabeza. 

— Porque me gusta.

Ambos rubios me miraron con sorpresa. No era de extrañar, no había salido con nadie desde hace años y tampoco me había gustado nadie, así que era casi un milagro decir aquellas palabras de mi boca. Lamentablemente, no fueron los únicos que escucharon, pues oí un gritito de sorpresa detrás de mí. Y al voltear... mierda, era Kyle, increíblemente sonrojado y sorprendido. Ojalá el día terminara pronto.