Capítulo 1

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El sonido constante de la lluvia golpeaba contra las ventanas del apartamento de Clara Fernández. Las gotas resbalaban por el vidrio, deformando las luces de la calle como si fueran meras ilusiones. Estaba acostumbrada al bullicio de la ciudad. En las últimas semanas, sin embargo, había notado algo distinto en el aire, una especie de cansancio invisible que no podía sacudirse de encima.

Clara trabajaba como programadora freelance, lo que le permitía pasar días enteros en su pequeño apartamento, un modesto espacio en el centro de Madrid. Sus jornadas se consumían frente a la pantalla de su portátil, donde las líneas de código fluían de manera mecánica. Su vida era sencilla, casi monótona, y rara vez había algo que la sorprendiera.

Pero esa noche, algo rompió con su rutina.

Estaba sentada en su escritorio, revisando un proyecto para un cliente, cuando el móvil vibró de manera insistente sobre la mesa. Al principio, pensó que sería otro correo de trabajo o alguna notificación sin importancia. Sin embargo, cuando levantó el teléfono, vio un mensaje de un número desconocido.

"Clara, sé que no nos conocemos, pero necesito tu ayuda. Mi hermana Emma ha desaparecido. Por favor, ven a Rivermoor. Ella hablaba de ti constantemente. -Laura García."

Clara frunció el ceño, leyendo el mensaje una y otra vez. ¿Emma? Ese nombre no le resultaba familiar, y mucho menos el de Laura García. En su mente, repasó a todas las personas que había conocido en los últimos años, pero no logró asociar a nadie con esos nombres. Podría haber sido una broma o un error, pero el tono del mensaje era serio, casi desesperado.

Dejó el teléfono sobre la mesa y se recostó en la silla, pensativa. ¿Qué significaba ese mensaje? Sabía que podía ignorarlo y seguir con su vida como si nada, pero algo en las palabras de Laura le resultaba extraño. No podía sacudirse la sensación de que había algo importante detrás de aquel mensaje.

Mientras miraba por la ventana, las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos. El tráfico seguía su curso, indiferente al pequeño misterio que acababa de aterrizar en su vida. La tentación de borrar el mensaje y seguir adelante estaba presente, pero la curiosidad comenzó a instalarse en su mente, como un zumbido que no desaparecía.

Decidió responder.

"Lo siento, creo que te has confundido. No conozco a ninguna Emma García."

El mensaje salió rápido, y Clara se preparó para volver a su trabajo. Sin embargo, no pasaron más de unos segundos cuando su teléfono volvió a vibrar.

"No, no es un error. Emma siempre hablaba de ti, decía que eras buena resolviendo problemas, que podías ayudarla si alguna vez te necesitaba. Por favor, Clara, no tengo a nadie más."

Clara sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. El hecho de que esta persona supiera algo sobre ella, incluso aunque fuera de manera vaga, la inquietaba. ¿Cómo podía alguien que no conocía estar tan segura de que Emma, una completa desconocida, había hablado de ella? Decidió que ignorar la situación no era una opción viable.

"¿Quién eres y por qué crees que puedo ayudarte? No conozco a tu hermana, nunca he oído hablar de Rivermoor."

Unos momentos después, la respuesta llegó.

"Soy Laura, la hermana de Emma. Ella desapareció hace dos semanas, y la policía no ha hecho nada útil. Estaba investigando algo antes de irse, y mencionó tu nombre varias veces. Pensé que quizás podrías saber algo. Por favor, necesito que vengas a Rivermoor. Sé que es mucho pedir, pero te pagaré lo que necesites."

Clara se quedó mirando la pantalla, con los dedos temblando levemente sobre el teclado del móvil. Algo en el tono de Laura la hizo dudar. Era cierto que no conocía a ninguna Emma, pero el hecho de que su nombre apareciera en una situación tan extraña la descolocaba. ¿Cómo era posible que alguien a quien nunca había visto supiera de ella?

"No entiendo por qué Emma hablaba de mí. No la conozco. ¿Por qué mencionó mi nombre?"

Laura tardó unos minutos en responder esta vez. El silencio que llenó el apartamento de Clara la hizo aún más consciente de su creciente ansiedad.

"No lo sé. Emma nunca me explicó por qué hablaba tanto de ti, pero confiaba en que podrías ayudarla si las cosas se complicaban. Creo que estaba metida en algo serio, algo que no quería contarme del todo. Por favor, Clara, no tengo a quién más recurrir."

Clara dejó el teléfono a un lado, levantándose del escritorio para caminar por el salón. Su mente estaba llena de preguntas. No tenía ninguna conexión con esa Emma, pero la mención constante de su nombre en un contexto de desaparición la inquietaba. ¿Qué podía haber estado investigando esa mujer? ¿Por qué la involucraban en esto?

Después de un largo rato de reflexión, volvió a tomar el teléfono. Tenía tantas dudas como al principio, pero algo la empujaba a no dejar las cosas como estaban. Era como si, de alguna manera, este extraño giro de los acontecimientos estuviera destinado a interrumpir su vida.

"Dame más detalles sobre Emma. ¿A qué se dedicaba? ¿Qué estaba investigando antes de desaparecer?"

Laura respondió casi de inmediato.

"Emma era periodista, pero estaba trabajando de manera independiente. Había estado investigando algo relacionado con el pueblo, algo que la tenía muy preocupada. No me dijo mucho, solo que creía que estaba en peligro. Su última pista la llevó a la vieja central hidroeléctrica, pero después de eso... no supe más de ella."

Clara se detuvo un momento, reflexionando sobre la información. Un pueblo pequeño, una central hidroeléctrica abandonada, una desaparición. Aunque no entendía cómo encajaba en todo aquello, empezaba a sentir una curiosidad que no podía ignorar.

"¿Y por qué me necesitas a mí?", escribió finalmente.

La respuesta fue más rápida de lo que esperaba.

"Porque Emma confiaba en ti. Y porque no sé a quién más pedirle ayuda."

Clara suspiró. Todo aquello sonaba como el comienzo de un mal thriller, pero no podía negar que su nombre implicado de manera tan inesperada la empujaba a seguir investigando. Además, la desesperación de Laura era palpable, incluso a través de los mensajes.

Decidió que lo mejor sería hablar directamente. Después de un par de mensajes más, acordaron una llamada. Clara se tumbó en el sofá, con el teléfono en la mano, esperando el timbre. Cuando finalmente sonó, lo atendió con algo de nerviosismo.

-Hola, Clara -la voz de Laura al otro lado del teléfono era más suave de lo que esperaba, pero cargada de tensión-. Gracias por hablar conmigo.

-No tienes que agradecerme -respondió Clara-. Aún no entiendo cómo puedo ayudarte. No conozco a Emma.

-Lo sé -dijo Laura, su tono serio-, pero ella hablaba de ti, Clara. Decía que eras inteligente, que sabías resolver problemas difíciles. No sé qué tenía en mente, pero confío en el juicio de mi hermana. No estoy pidiéndote que hagas algo peligroso, solo que vengas y veas con tus propios ojos. Tal vez encuentres algo que yo no he visto.

Clara permaneció en silencio unos segundos. Sentía que se estaba adentrando en algo que no comprendía del todo, pero también sabía que si ignoraba la situación, esa sensación de curiosidad la perseguiría durante mucho tiempo.

-Está bien -dijo finalmente-. Iré, pero quiero que sepas que si no encuentro nada, me vuelvo de inmediato.

-Gracias, Clara -Laura sonaba aliviada-. Te enviaré los detalles. Por favor, ten cuidado.

Cuando la llamada terminó, Clara se quedó mirando su teléfono en silencio. No estaba del todo convencida de lo que acababa de hacer, pero una parte de ella, la parte que siempre había disfrutado de resolver misterios, sentía que había tomado la decisión correcta.

Se levantó y comenzó a preparar sus cosas para el viaje. Sabía que había muchas preguntas sin respuesta, pero también sabía que la única manera de resolverlas era enfrentándose a lo desconocido.

Rivermoor y la desaparición de EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora