Capítulo 4

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El camino de vuelta desde la central hidroeléctrica se sentía mucho más largo que cuando Clara y Laura habían llegado por primera vez. El sol comenzaba a descender, arrojando sombras alargadas sobre el paisaje, y el aire tenía un toque más fresco. Ninguna de las dos había hablado mucho desde que abandonaron el edificio abandonado, pero Clara sabía que las preguntas no tardarían en llegar.

A pesar de la creciente inquietud que sentía en su interior, Clara no podía negar que había algo cautivador en Rivermoor. El pueblo, con sus viejas casas de madera y sus calles empedradas, parecía detenido en el tiempo. Los lugareños eran reservados, pero había una especie de magnetismo en su actitud distante, como si guardaran algo importante. Algo que Clara estaba decidida a desenterrar.

Laura, por su parte, caminaba en silencio a su lado, sumida en sus propios pensamientos. Había estado más callada de lo habitual desde que salieron de la central. Clara podía sentir el peso del miedo en sus ojos, aunque Laura intentaba mantener la compostura.

—¿Estás bien? —preguntó Clara, rompiendo el silencio mientras caminaban de vuelta hacia el centro del pueblo.

Laura asintió lentamente, pero su rostro seguía tenso.

—No puedo dejar de pensar en Emma —admitió en voz baja—. Este lugar la cambió… No lo noté al principio, pero Rivermoor tiene algo oscuro. Algo que la atrapó y no la dejó ir.

Clara escuchaba atentamente, sabiendo que había algo más detrás de esas palabras. No se trataba solo de un simple pueblo con secretos. Había algo en Rivermoor, algo que afectaba a las personas que vivían allí, y que probablemente había llevado a Emma por un camino peligroso.

—¿Tú crees en esas cosas? —preguntó Clara, tratando de sonar casual—. En lo paranormal, quiero decir.

Laura tardó un momento en responder, como si sopesara la pregunta.

—No solía hacerlo —respondió finalmente—, pero después de todo lo que ha pasado, no sé qué pensar. Rivermoor siempre ha tenido historias. Leyendas antiguas sobre el río y la central… cosas que parecen cuentos, pero… ya no estoy tan segura.

Clara no dijo nada, pero las palabras de Laura hicieron eco en su mente. Desde su llegada al pueblo, había sentido una energía extraña, una sensación de ser observada. Los mensajes anónimos, los documentos que había encontrado en la central, todo apuntaba a que algo más profundo se escondía en Rivermoor.

Cuando finalmente llegaron de nuevo al centro del pueblo, el sol se había ocultado casi por completo detrás de las colinas, y las luces de las farolas titilaban débilmente en la penumbra. Clara se despidió de Laura, prometiéndole que la vería al día siguiente, y se dirigió a su alojamiento, un pequeño hostal que había encontrado la noche anterior.

Mientras subía las escaleras hacia su habitación, no podía dejar de pensar en la carta que había encontrado en la central. Las palabras escritas con prisa y la advertencia velada seguían repitiéndose en su mente. Había algo más en esa historia, algo que Emma había descubierto y que ahora Clara estaba decidida a entender.

Ya en su habitación, Clara se sentó en la cama, revisando mentalmente los eventos del día. Sacó su teléfono y abrió de nuevo el mensaje que había recibido en la central:

"No sigas buscando. Esto no es lo que parece."

Era la segunda advertencia que recibía desde que había llegado a Rivermoor. Pero, ¿quién estaba detrás de esos mensajes? Y, lo más importante, ¿por qué estaban tan interesados en que dejara de investigar?

Tomó una respiración profunda y decidió dejar esas preguntas para mañana. Apagó la luz y se dejó caer sobre la cama, agotada tanto física como mentalmente. Pero a pesar del cansancio, le costó dormir. Su mente seguía activa, conectando hilos sueltos, tratando de armar el rompecabezas que Emma había dejado atrás.

Rivermoor y la desaparición de EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora