Capítulo 5

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El interior de la cabaña de Samuel era tan modesto como el exterior. Apenas había muebles, solo un par de sillas de madera, una pequeña mesa con algunos libros viejos y un fuego lento en la chimenea que apenas calentaba la habitación. El aire olía a humo de leña y a humedad, pero a Clara le pareció acogedor después del viento frío que soplaba fuera.

Samuel caminó hacia la chimenea y, sin invitarla a sentarse, tomó una de las sillas y la arrastró junto al fuego. Clara permaneció de pie un momento, esperando alguna señal de hospitalidad que nunca llegó. Finalmente, decidió sentarse frente a él, con la mirada fija en el hombre, esperando a que él hablara primero.

Samuel la observaba con un semblante serio, sus ojos azules llenos de arrugas, pero con una intensidad que delataba a alguien que había vivido muchas cosas. Clara notó que llevaba una camisa vieja y raída, y sus manos estaban manchadas de grasa, probablemente de algún trabajo reciente en la cabaña.

—¿Qué quieres saber? —preguntó finalmente, su voz áspera y directa.

Clara tomó aire, pensando en cómo formular la pregunta sin asustarlo.

—Mi amiga Emma estuvo investigando la central hidroeléctrica antes de desaparecer —dijo despacio—. Encontré algunos de sus escritos, notas sobre problemas que había allí, sobre fallas inexplicables. Me han dicho que usted trabajó allí… antes de que la cerraran.

Samuel asintió en silencio, como si esperara que continuara. Clara notó un ligero brillo en sus ojos, una señal de que sabía exactamente a lo que se refería.

—Parece que algo sucedió en la central antes de que la clausuraran —continuó Clara—. Algo que llevó a Emma a seguir investigando, y no sé si eso tuvo algo que ver con su desaparición, pero estoy aquí para averiguarlo. Necesito saber qué pasó.

Samuel soltó un suspiro, su mirada vagando hacia el fuego. Durante un momento, Clara pensó que no iba a responder, que tal vez simplemente la echaría de la cabaña como habían hecho otros en el pueblo. Pero entonces, después de un largo silencio, comenzó a hablar.

—La central nunca debió construirse —dijo, su voz más baja de lo que Clara esperaba—. Cuando llegaron los ingenieros, la gente del pueblo no estaba de acuerdo. Dijeron que el río… no debía tocarse. Que había cosas en las profundidades que era mejor dejar en paz. Yo no creía en esas historias en aquel entonces, ni la mayoría de los ingenieros lo hizo. Pensábamos que eran solo supersticiones de gente de pueblo.

Clara frunció el ceño. Aunque había escuchado algunas leyendas sobre el río en los últimos días, no esperaba que formaran parte de lo que Samuel iba a contarle. Lo observó con atención mientras continuaba.

—Pero entonces empezaron a ocurrir cosas extrañas —prosiguió—. Las máquinas fallaban sin razón aparente. Recibíamos informes de los trabajadores que decían haber escuchado ruidos extraños, como voces, o el sonido de algo golpeando las tuberías. Y no solo eso, algunos decían que, durante las inspecciones nocturnas, veían sombras en el agua… sombras que no debían estar allí.

Samuel hizo una pausa, frotándose las manos mientras miraba el fuego. Clara sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Las palabras de Samuel, aunque parecían sacadas de una leyenda, sonaban con una seriedad que la inquietaba.

—¿Sombra en el agua? —repitió Clara, queriendo saber más—. ¿Qué quieres decir?

—No sé qué eran —dijo Samuel, meneando la cabeza—. Podrían haber sido simplemente ilusiones ópticas, reflejos. Pero había algo en el río. Algo que no debíamos haber perturbado. Y cuanto más avanzaban los trabajos en la central, peor se volvían las cosas. Fallos inexplicables. Accidentes. Al final, dos trabajadores desaparecieron, y fue cuando comenzaron a considerar el cierre.

Clara notó que sus palabras no coincidían con la versión oficial que había leído, según la cual la central había sido cerrada por falta de viabilidad económica. Ahora comenzaba a entender que había algo mucho más oscuro detrás de esa decisión.

—¿Y qué pasó después del cierre? —preguntó Clara, inclinándose un poco hacia adelante, ansiosa por escuchar la respuesta.

—Nada —respondió Samuel, con una amargura evidente en su voz—. La central cerró, y la gente comenzó a evitarla. Yo fui uno de los últimos en irme. Vi cómo sellaban las turbinas, cerraban las compuertas, pero… no creo que eso resolviera nada. Lo que sea que había allí seguía… sigue allí. Y Emma, por lo que me dices, probablemente se dio cuenta de eso también.

Clara sintió un nudo en el estómago. Emma había estado persiguiendo un misterio que probablemente la había conducido a un peligro real. Sabía que la curiosidad de su amiga la había llevado a lugares oscuros antes, pero esta vez sentía que había algo más en juego, algo que no era simplemente una leyenda o una superstición.

—¿Por qué nadie ha hablado de esto antes? —preguntó Clara, con una mezcla de frustración y confusión—. La gente del pueblo parece evitarnos, como si supieran algo, pero nadie dice nada. ¿Por qué?

Samuel se encogió de hombros, pero su mirada se oscureció.

—Porque tienen miedo —respondió con frialdad—. Saben que hay algo en Rivermoor que no pueden explicar. Pero también saben que cuanto más lo ignoras, más fácil es continuar con tu vida. Rivermoor es un lugar que te atrapa, pero solo si dejas que lo haga.

El silencio cayó entre ellos. Clara sintió el peso de las palabras de Samuel, como si finalmente estuviera comenzando a entender lo que estaba en juego. Emma no había desaparecido por una simple investigación mal encaminada. Había algo más profundo, más oscuro, que la había atrapado.

—Voy a seguir buscando —dijo Clara, su voz firme—. No puedo dejarlo. Necesito saber qué le pasó a Emma.

Samuel la miró por un momento, como si quisiera decirle algo más, pero finalmente se limitó a asentir.

—Ten cuidado —dijo, su voz más suave esta vez—. Hay cosas en este pueblo que es mejor no despertar. Si decides seguir, hazlo con los ojos abiertos, pero no te sorprendas si encuentras más de lo que esperabas.

Clara lo agradeció y se levantó para irse. Mientras se dirigía hacia la puerta, Samuel la detuvo.

—Antes de que te vayas… —dijo, con una mirada pensativa—. Si realmente quieres respuestas, tal vez deberías hablar con Lidia. Ella es… diferente a los demás. Ha vivido aquí toda su vida, y aunque la gente no habla mucho de ella, creo que sabe más de lo que deja ver.

—¿Dónde puedo encontrarla? —preguntó Clara, intrigada.

—Vive en las colinas, al otro lado del río. No es fácil llegar hasta allí, pero si preguntas en el pueblo, alguien te indicará el camino. Solo ten cuidado. Lidia no es alguien que se gane la confianza fácilmente.

Clara agradeció la información y salió de la cabaña, con la mente revuelta por todo lo que había escuchado. El viento frío del lago le golpeó el rostro cuando cerró la puerta detrás de ella. Mientras se alejaba de la cabaña de Samuel, no podía evitar pensar en las palabras del viejo ingeniero. Algo oscuro habitaba en Rivermoor, algo que había estado latente durante años, y Emma lo había despertado.

El camino de regreso al pueblo fue más largo de lo que Clara esperaba, no solo por la distancia, sino porque sus pensamientos no la dejaban en paz. Las palabras de Samuel resonaban en su cabeza, mezclándose con las advertencias de Laura y los fragmentos de la investigación de Emma.

Al llegar al centro del pueblo, las luces de las farolas empezaban a encenderse, y el lugar tenía un aire desierto, casi fantasmagórico. Clara se dirigió al hostal donde se hospedaba, pero su mente ya estaba en lo que vendría después. Sabía que tenía que encontrar a Lidia. Si alguien en Rivermoor tenía respuestas, era esa mujer misteriosa.

Al día siguiente, haría las preguntas necesarias para encontrarla. Pero algo le decía que no sería fácil.

Las sombras de Rivermoor la envolvían más cada día, y Clara empezaba a entender que su búsqueda no solo era por Emma. Era por desenterrar los secretos oscuros que el pueblo había guardado durante tanto tiempo. Y, con cada paso que daba, sabía que se acercaba más a algo que tal vez hubiera sido mejor dejar en las profundidades del río.

Pero ya no había vuelta atrás.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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Rivermoor y la desaparición de EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora