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Capítulo 2: "El Primer Paso"
Pasaron algunos meses desde la última noche en que Izuku y Momo reflexionaron sobre los desafíos de ser padres. Daisuke había crecido un poco más, ya estaba empezando a balbucear algunas palabras y a gatear por la casa. Cada día traía algo nuevo, una pequeña victoria o desafío que los hacía sonreír o correr con preocupación.
Era una mañana tranquila cuando Izuku, sentado en el suelo de la sala, jugaba con Daisuke. Los ojos verdes de su hijo brillaban de emoción mientras trataba de alcanzar un juguete que su padre sostenía. Momo, en la cocina, los observaba con una mezcla de amor y alegría mientras preparaba el desayuno.
"¡Vamos, Daisuke! Sé que puedes hacerlo," animaba Izuku, extendiendo el juguete justo fuera del alcance de su hijo, pero lo suficientemente cerca como para que intentara alcanzarlo.
Daisuke, con determinación en su pequeña carita, se empujaba hacia adelante, sus movimientos torpes pero llenos de energía. Finalmente, se lanzó hacia el juguete, y aunque no lo alcanzó de inmediato, logró algo mucho más grande.
Se puso de pie.
Izuku se quedó congelado por un segundo, sus ojos abiertos de par en par mientras observaba a su hijo tambalearse ligeramente en sus pequeñas piernas, antes de caer suavemente sobre su trasero. Un silencio cargado de asombro llenó la sala.
"Momo, ¡lo viste!" gritó Izuku, volviéndose hacia su esposa, quien ya estaba dejando la cocina y corriendo hacia ellos con una sonrisa radiante.
"¿Se puso de pie?" preguntó Momo emocionada, arrodillándose junto a Izuku y Daisuke.
Izuku asintió rápidamente, sin poder contener su alegría. "¡Sí! ¡Nuestro pequeño héroe dio su primer paso!"
Ambos miraron a Daisuke, quien los observaba con una expresión curiosa, probablemente sin entender por qué sus padres estaban tan emocionados. Sin embargo, la felicidad de Izuku y Momo era contagiosa, y Daisuke, en respuesta, dejó escapar una risita dulce y balbuceante.
"Es increíble," murmuró Momo, tomando una de las pequeñas manos de Daisuke. "Cada día nos sorprende con algo nuevo. Está creciendo tan rápido."
Izuku, aún maravillado por el pequeño logro de su hijo, se inclinó hacia él y le dio un suave beso en la cabeza. "Es un paso pequeño, pero para nosotros es enorme. No puedo esperar a ver todo lo que logrará."
Momo lo miró con ternura. "Daisuke tiene tanta suerte de tenerte como padre. Siempre lo estás motivando, ayudándolo a descubrir el mundo con esa pasión que te caracteriza."
Izuku se sonrojó ligeramente ante el cumplido de Momo. "Lo mismo puedo decir de ti. Siempre estás ahí para él, asegurándote de que esté bien cuidado y amado."
Ambos se miraron con complicidad. Aunque eran héroes con responsabilidades que abarcaban mucho más allá de su hogar, siempre encontraban la forma de estar presentes para Daisuke. Sabían que no sería fácil equilibrar sus vidas como héroes y padres, pero hasta ahora lo habían logrado con amor y compromiso.
