Héroes en Familia: La aventura de criar a DAISUKE

Capítulo 15: Un día con los Todoroki

Shoto Todoroki estaba sentado en el sofá de su departamento, tamborileando los dedos sobre su rodilla. A pesar de su semblante normalmente tranquilo, hoy no podía evitar sentirse nervioso. No era por la visita a su madre, sino por la otra parte del plan: quería llevar a Daisuke con él. Después de todo, en el tiempo que había pasado con el pequeño, se había encariñado más de lo que esperaba, y ahora lo consideraba su "mejor amigo", aunque Daisuke apenas tuviera 1 año y siete meses. Había algo en la inocencia y la ternura de Daisuke que lo hacía sentir más cómodo, especialmente cuando las cosas con su padre aún eran algo tensas.

El problema era que no sabía cómo pedirle a Izuku y Momo permiso para llevar a su hijo a una reunión familiar. "¿Cómo se les pide algo así a dos de los héroes más poderosos del mundo?" se preguntaba Shoto, mirando su teléfono y decidiendo si mandar un mensaje o ir a verlos en persona.

Después de varios minutos de indecisión, se levantó y se dirigió hacia la casa de los Midoriya. Una vez frente a la puerta, respiró hondo y tocó suavemente. La puerta se abrió de inmediato y allí estaba Izuku, con una sonrisa cálida y relajada.

—¡Todoroki! Qué sorpresa verte por aquí, ¿todo bien? —preguntó Izuku.

Shoto asintió, intentando parecer calmado, aunque las palabras aún no salían de su boca. "Solo dilo", se dijo a sí mismo.

—Eh, sí… Quería preguntarte algo... importante —dijo finalmente, con su tono habitual, pero sus ojos delataban su nerviosismo.

Izuku lo miró curioso, antes de invitarlo a pasar. Momo estaba en el sofá, jugando con Daisuke, que balbuceaba mientras hacía que un pequeño camión rodara por el suelo.

—Todoroki, ¿qué te trae por aquí? —preguntó Momo con una sonrisa mientras Daisuke reía y se tiraba sobre su regazo.

Shoto se rascó la nuca, sintiendo que todos los ojos estaban puestos en él.

—Quería ver si podría… llevar a Daisuke conmigo… a la casa de mis padres. Voy a visitar a mi madre, y pensé que sería… bueno tener compañía.

Hubo un breve silencio antes de que Izuku y Momo intercambiaran una mirada sorprendida. Momo fue la primera en reaccionar, sonriendo aún más.

—¡Todoroki, eso suena genial! Estoy segura de que Daisuke lo pasará muy bien contigo —dijo, claramente emocionada por la idea de que su hijo compartiera más tiempo con el tranquilo Todoroki.

—Sí, definitivamente, si crees que eso te hará sentir más cómodo, no tenemos problema —añadió Izuku, confiando completamente en su amigo.

Shoto suspiró, aliviado de que todo hubiera salido bien. Daisuke, sin saber realmente lo que estaba pasando, miró a su alrededor con curiosidad mientras seguía jugando con su camión. Finalmente, Shoto se inclinó y le habló al pequeño.

—¿Qué dices, Daisuke? ¿Vamos a una pequeña aventura?

Daisuke lo miró con una gran sonrisa y balbuceó algo que solo podía interpretarse como un “sí”, extendiendo sus pequeños brazos hacia Shoto.

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Cuando llegaron a la residencia de los Todoroki, Shoto sentía una mezcla de alivio y nervios. La presencia de Daisuke, que estaba ahora en sus brazos, le daba una extraña sensación de tranquilidad. Al tocar la puerta, fue su hermana Fuyumi quien les dio la bienvenida.

—¡Shoto! ¡Y trajiste compañía! —dijo Fuyumi al ver al pequeño Daisuke.

Shoto asintió mientras Fuyumi se inclinaba para saludar al niño, quien, tímido, se escondió en el pecho de Shoto. Al poco tiempo, la madre de Shoto, Rei, también apareció y sonrió con ternura al ver a su hijo y al pequeño.

—Es un niño precioso —dijo Rei con suavidad, mientras le acariciaba suavemente la cabecita.

La visita transcurría tranquila, con Daisuke jugando en el regazo de Rei y Fuyumi, mientras Shoto conversaba con ellas. Todo parecía estar en paz, hasta que escucharon pasos pesados que venían del pasillo. Era Endeavor.

—Shoto, ¿qué está pasando aquí? —preguntó Endeavor, su voz profunda y autoritaria aún retumbaba en el aire, a pesar de estar retirado.

Endeavor se detuvo cuando vio al pequeño Daisuke, mirándolo con la curiosidad torpe de alguien que no estaba acostumbrado a tratar con niños. Daisuke lo miró de vuelta, sorprendido por la imponente figura del héroe retirado.

Hubo un momento incómodo donde nadie sabía qué hacer, pero Daisuke rompió el silencio al estirar su brazo hacia Endeavor, señalando su barba rojiza.

—¿Ba-baba? —balbuceó Daisuke, señalando con insistencia, lo que provocó una sonrisa involuntaria en Fuyumi y Rei.

Endeavor, por su parte, se quedó petrificado. No estaba preparado para esto. El héroe más temido por los villanos y los jóvenes estudiantes de héroes, ahora enfrentado a la inocente curiosidad de un niño pequeño. Shoto tuvo que morderse el labio para no reírse, y fue la primera vez que lo vio descolocado de esa manera.

—Eh… esto… —murmuró Endeavor, sin saber cómo reaccionar. Se inclinó torpemente para mirar a Daisuke más de cerca, pero el niño no dudó en tocar su barba, tirando suavemente de ella.

—¡Ba-baba! —repitió Daisuke, divertido.

Fuyumi y Rei comenzaron a reír disimuladamente, mientras Shoto intentaba contenerse. Endeavor, al no saber qué hacer, simplemente se quedó quieto, permitiendo que el pequeño jugara con su barba mientras los demás disfrutaban del momento.

Finalmente, Endeavor se aclaró la garganta, incómodo pero tratando de mantener su compostura.

—Parece que… me he ganado un nuevo amigo —dijo con una pequeña sonrisa torcida, mirando a Shoto, quien no pudo evitar soltar una risa silenciosa.

El resto de la tarde transcurrió entre momentos tranquilos y escenas como esta, donde Endeavor intentaba relacionarse con Daisuke y fallaba estrepitosamente, causando la risa de todos. Aunque para Shoto, lo más importante fue que ese día, gracias a su pequeño "mejor amigo", las tensiones con su padre parecían más distantes.

Y cuando finalmente regresaron a casa, Shoto se sintió más ligero. No solo había logrado pasar tiempo con su familia, sino que había compartido esos momentos con alguien que, a su manera, lo ayudaba a sanar viejas heridas.

Fin.