El sol brillaba intensamente, prometiendo un día cálido y agradable. Era uno de esos raros días en los que Momo tenía que atender asuntos fuera de casa, por lo que Izuku tendría el día libre para quedarse con Daisuke. Para Izuku, estos momentos eran preciados. Ser héroe a tiempo completo significaba que no siempre podía disfrutar de la vida cotidiana con su hijo, así que cada oportunidad de estar juntos era un tesoro.
Momo le dio un beso en la mejilla a Izuku y luego otro a Daisuke, quien la miraba con ojos curiosos desde su silla alta. "Cuídense, chicos. Nos vemos en la tarde," dijo Momo con una sonrisa antes de salir por la puerta.
Izuku observó cómo se iba, luego miró a Daisuke, quien seguía mirando la puerta por la que su mamá había salido. El niño, con su habitual curiosidad, empezó a mover sus manos en el aire, como si intentara despedirse también. "Mamá," murmuró suavemente, aunque ya se había ido.
"Bueno, parece que hoy es un día solo de chicos, ¿eh?" dijo Izuku, acercándose a su hijo y tomándolo en brazos. Daisuke lo miró con sus enormes ojos verdes, brillantes de emoción ante la perspectiva de pasar el día con su papá. Izuku sonrió, lleno de orgullo y amor por su pequeño.
"¿Qué quieres hacer hoy, Daisuke? Podemos jugar, salir a caminar o incluso visitar a los amigos en la agencia. Es tu elección," dijo Izuku, colocando a Daisuke en el suelo para que comenzara a explorar.
El pequeño, que ahora caminaba con más confianza cada día, comenzó a moverse por la sala, buscando entre sus juguetes. Izuku lo observó, esperando a ver qué captaba la atención de su hijo. Daisuke se acercó a una pequeña figura de acción de All Might, una de las favoritas de Izuku cuando era niño. El pequeño la levantó con dificultad y se la mostró a su papá, sonriendo ampliamente.
"¡All Might!" exclamó Izuku, imitando la voz enérgica de su mentor. Daisuke rió al escuchar el tono de su papá, encantado por la exageración. Izuku se agachó y tomó la figura en sus manos. "¿Quieres jugar a ser héroes?"
Daisuke asintió emocionado, aunque aún no entendía completamente el concepto de "jugar". Lo que sí sabía es que cuando su papá sacaba esos juguetes, siempre había mucha diversión de por medio.
Izuku empezó a mover la figura de All Might como si estuviera en una de sus épicas batallas. "¡Nunca temáis, porque yo estoy aquí!" gritó con una voz dramática, mientras hacía que el muñeco volara por el aire. Daisuke lo observaba, fascinado, y luego intentó hacer lo mismo con uno de los muñecos de su papá.
Pasaron una buena parte de la mañana jugando en la sala, simulando pequeñas aventuras donde All Might salvaba el día una y otra vez. Daisuke no dejaba de reír cada vez que Izuku hacía voces o fingía que los villanos eran derrotados de manera exagerada. Para el pequeño, su papá era el héroe más grande del mundo.
Después de un rato, Izuku decidió que era hora de salir a tomar aire fresco. "¿Qué te parece si vamos al parque?" preguntó, levantando a Daisuke y cambiándole la ropa. El niño, sin decir una palabra, simplemente se dejó vestir, mirando a su papá con esos grandes ojos atentos.
Una vez listos, Izuku tomó a Daisuke en brazos y salieron al parque cercano. Era un lugar tranquilo, lleno de árboles y senderos donde solían pasear cuando tenían tiempo. Al llegar, Izuku dejó a Daisuke en el suelo para que caminara libremente. El pequeño, con pasos tambaleantes pero seguros, comenzó a explorar, señalando las flores y las hojas caídas.
Izuku caminaba detrás de él, asegurándose de que no se alejara demasiado. Mientras Daisuke se detenía a inspeccionar una flor, Izuku no pudo evitar sentir una oleada de paz y gratitud. Ser un héroe era su vida, pero ser padre le daba un propósito aún más profundo. Ver a su hijo crecer, descubrir el mundo, era algo que nunca había imaginado que lo llenaría tanto.
Daisuke levantó una flor y se la ofreció a Izuku. "Pa… pa," murmuró, intentando decir algo más, pero las palabras aún no llegaban con facilidad. Izuku tomó la flor con una sonrisa.
"Gracias, campeón. Es la flor más bonita que me han dado," dijo, inclinándose para besarle la frente. Daisuke sonrió satisfecho, como si entendiera la importancia de su gesto.
Después de un rato en el parque, decidieron volver a casa para almorzar. Izuku preparó algo sencillo mientras Daisuke jugaba con sus juguetes en la sala. Aunque cocinar no era su fuerte, siempre intentaba hacer las comidas lo más divertidas posible. Ese día, preparó un sencillo plato de pasta en forma de espirales, y cuando sirvió la comida, hizo pequeños dibujos con el ketchup, algo que siempre hacía reír a Daisuke.
"¡Mira, un héroe de pasta!" dijo Izuku, señalando su obra de arte en el plato. Daisuke lo observó y soltó una pequeña risa, aunque estaba más interesado en comer que en la decoración del plato.
La tarde fue igual de tranquila. Después de la comida, Izuku y Daisuke se acurrucaron en el sofá para una pequeña siesta. El niño, cansado después de tanto jugar y caminar, pronto se quedó dormido, con su cabeza apoyada en el pecho de su papá.
Mientras lo observaba dormir, Izuku sintió una profunda serenidad. Ser héroe podía ser agotador, pero ser papá le daba una felicidad que ninguna batalla podría igualar. Cerró los ojos, permitiéndose unos minutos de descanso, sabiendo que ese era uno de esos momentos que siempre guardaría en su corazón.
Cuando Momo regresó a casa más tarde esa tarde, los encontró a ambos dormidos en el sofá, con Daisuke aferrado a su papá y una paz absoluta en sus rostros. Sonrió suavemente, acercándose para cubrirlos con una manta.
"Mis dos héroes favoritos," susurró, sintiéndose increíblemente afortunada de tener una familia tan maravillosa.
Fin del capítulo.
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Héroes en Familia: La aventura de criar a DAISUKE
Fiksi PenggemarQuien dijo que ser padres es fácil, y más cuando eres héroe. (Izuku x Momo)