Emma se encontraba en su oficina, había mandado a Judith por las muestras de colores. Temprano en la mañana ella había recibido por correo, las últimas especificaciones de Kim Richardson, y su gama de colores, por lo tanto tenían que igualar las tonalidades que irían en la portada para no crear un choque de color demasiado intenso y por lo tanto que desfavoresca la imagen que se desea dar en el libro.
Ahora se encontraba terminando de anotar el número de color y el nivel de la degradación que se aplicaría en ciertas partes. El tipo de hoja y tamaño ya había sido establecido, al igual que él tipo de letra, las revisiones terminaron hace unos días por lo tanto sólo era terminar la portada, agregar la dedicatoria que quedó Kim de mandar al final del día y listo, los primeros tirajes saldrían en pocos días, la fecha de lanzamiento era dentro de dos semanas y media, así que había tiempo suficiente para cualquier cambio en los próximos cinco días.
Un toque en la puerta la hizo levantar la cabeza. Era Krista asomando la cabeza.
–Jefa disculpe, tiene en la línea dos a Dylan Mitchell.
Emma se quedó de a cuatro ¿Dylan? ¿Acaso oyó bien?
–¿Dijiste Dylan Mitchell? –preguntó incrédula.
–Si jefa, le-le dije que vería si estaba disponible y lo deje en espera.
Emma parpadea ¿Para qué le llamaría Dylan? Nunca es de llamar, mentía nunca estaba al pendiente de ella, esa sería la verdad.
–Pasame la llamada.
–Si, en la línea dos –anunció la chica.
–Bien.
Emma tomó una bocanada de aire cuando levanto el teléfono.
–¿Bueno? –Hablo lo más serena posible.
–Nos iremos a las cuatro Emma –soltó así sin más.
–¿Perdón?
–Ya escuchaste, tendremos unas horas de viaje así que es preferible salir desde hoy. Nos hospedaremos en un hotel cerca del edificio donde se llevará acabo el evento y a más tardar en dos días estaremos de vuelta.
Dos días.
Emma no podía creer lo que estaba escuchando, no podía ausentarse tanto tiempo sólo por cumplir su castigo, era una locura.
–Dy-Dylan yo...
–No hay excusa Emma lo sabes.
–Pero no puedo dejar el trabajo así, tengo que estar al pendiente de la impresión de tirajes, Dylan, entiende.
–No Emma, te dije que irías. Ya hable con Louis.
–No... –susurró presa del pánico, Louis no puede hacerle esto, no puede dejarla a merced de Dylan –No iré.
–Emma no me hagas enojar.
–No iré Dylan –dijo elevando levemente la voz pero conteniéndose de armar un escándalo.
–Escucha pequeña la pelea será en Springville, tengo que descansar y calentar, no puedo hacerlo si voy con el tiempo justo.
–Yo-yo v-voy a alcanzarte cuando vaya a comenzar... –comenzó a divagar Emma.
–No Emma ya te dije, te iras conmigo, pasaré a recogerte así que espero que estés lista cuando llegue, sin retrasos ¿Entiendes?
–¡Que no iré... ! –exclamó frenando a mitad de la frase al ver a sus asistentes mirarla con los ojos como platos, Krista no se había movido al parecer desde que contestó y Judith traía las muestras en las manos.
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Mírame
FantasyPrimer libro de la Trilogía Corazón para Dos Dylan Mitchell alias "The Gold Hands Murphy" Ha vívido como el chico malo de Utah. Pero que pasará cuando el destino le enseñe que las leyendas son reales y su vida no es lo que siempre creyo. ¿Podrá sop...