CAPÍTULO 3

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Como un pantalón de seda insoportablemente arrogante

Pensaba que el reino de los demonios era similar a una cueva maligna y aterradora, escondida en un rincón húmedo que ningún humano había pisado jamás, tan oscura que nunca era iluminada por la luz del día, pero la visión que tenía ante mí no se parecía en nada a ello.

Sobre un gran lago se arremolinaba una densa niebla. Apenas se podían ver el borde del lago y los nenúfares de aspecto cristalino y extremadamente deslumbrantes.

Un imponente y amplio palacio se alzaba a la orilla del lago, con sus bordes brillantemente decorados, pareciendo a primera vista un castillo del país de las hadas.

Me quedé asombrado secretamente en mi interior. Eso era mucho más hermoso que el Pico Cui Wei.

Qiong Qi mordió el cuello de mi ropa y voló a través del lago, aterrizando ante el palacio.

Me pellizqué tratando de reaccionar para pisar el suelo, pero un estornudo de Qiong Qi me arrojó al arbusto de al lado.

Caí sobre el arbusto y mi cuerpo fue cubierto de pétalos de colores. Cuando levanté la vista, vi a Xie Lin con una expresión de desdén, y rápidamente me puse de pie.

Xie Lin condujo a Qiong Qi hasta las puertas del palacio mientras yo lo seguí por detrás. Cuanto más avanzaba, más lento me volvía, mirando silenciosamente a todas partes, buscando una oportunidad para escapar.

Como si le hubieran crecido un par de ojos extra, Xie Lin dijo: "Ni siquiera lo pienses. Una vez que entras en mi dominio, no hay escapatoria".

Me asustó su repentina voz y aparté rápidamente mis ojos curiosos.

El guardián se arrodilló ante Xie Lin en señal de respeto. Me escondí detrás de él y lo miré en secreto, dándome cuenta de que la gente del reino de los demonios tenía el mismo aspecto que los humanos ordinarios. No tenían cabeza de buey ni cara de caballo, así que no eran feos en absoluto.

Mientras caminábamos hacia los aposentos de Xie Lin, nos cruzamos con mucha gente por el camino y siempre que había alguien que preguntaba por mis orígenes, Xie Lin les contestaba pacientemente: "Es un nuevo tesoro que he recogido hoy".

Lo habría pasado por alto si se hubiera limitado a sonreír, pero me pellizcó las mejillas y me obligó a sonreírles.

Tenía mucho miedo, así que, tirando de la comisura de mis labios, mantuve rígidamente una sonrisa.

***

Algunas personas no saludaron al ver a Xie Lin, sino que, en su lugar, entablaron una conversación familiar con él. A Xie Lin no pareció importarle y respondió lánguidamente con unas pocas palabras.

Parecía que en ese pozo de serpientes y ratones no había división entre superiores y subordinados.

Estaba ansioso y durante todo el trayecto, hasta que llegamos a la sala interior, no me pude calmar.

La sala interior estaba decorada de forma extremadamente suntuosa. Varias grandes perlas nocturnas estaban incrustadas en la parte superior de una cama, emitiendo suaves rayos de luz. El espacioso mueble estaba forrado con una manta peluda y el armazón, hecho de simple madera del mar, parecía muy robusto.

La seda roja oscura se ondeaba sin ninguna brisa, dejando ver la estantería que había detrás. Encima yacían todo tipo de tesoros raros. Reconocí algunos como: los huesos de un dragón, perlas nocturnas, flores milenarias... el resto eran objetos que nunca había visto, y mucho menos reconocía.

Xie Lin me dio un golpecito en la frente y se rio de mí por maravillarme con esas cosas.

Quise replicar: "He visto muchos tesoros en el mar, pero ninguno sobre la orilla", pero después de meditarlo, me tragué mis palabras.

MEDADMLDLB (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora