Capítulo 17

8 2 0
                                    


―MARK.

No le hice caso.

―Mark.

Me dirigí resueltamente hacia adelante.

―Mark.Mark.Mark.

Hacía un día agradable.

―Mark.

No demasiado caluroso. La brisa se sentía bien.

―Mark.MarkMarkMarkMarkMark.

―¿Qué? ―le gruñí a Terry.

―Oye, amigo, ―dijo―. Hola. ¿Tienes algo de lo que quieras hablar?

―No. ―Me aseguré de no mirar hacia atrás, donde Jackson y Buggi caminaban un poco detrás de nosotros.

Estábamos a medio camino de Tarker Mills y esta era la primera vez que Terry me había conseguido razonablemente desde que Randall abrió su puta boca.

Había tramado previamente al menos cincuenta y siete maneras en que podría matarlo, cada cual más violenta y sangrienta que la anterior.

Yo estaba casi con miedo de lo sediento de sangre que parecía estar. Pero entonces recordé lo que Randall había derramado y realmente no me importaba una mierda.

―Por lo tanto, no tienes nada que decir en absoluto.

―Ni una palabra.

―¿Ninguna... piedra que mover?

―No. —Yo era capaz de detenerme a mí mismo antes de darle un puñetazo en la cara. Sólo apenas.

―Cuando era pequeño, ¿sabes lo que quería ser cuando fuera grande?

―No me importa.

―Un cantero.

―Oh mis dioses.

―Cuando yo era un pequeñito proyecto de unicornio, pasé por una etapa rebelde. Me apedreaba mucho.

―Terry.

―A veces, cuando te enojas, tu cara se pone pétrea.

―Terry.

―Mi madre una vez me dio un consejo. Dijo que una piedra que rueda no cría moho.

―¿Ya terminaste?

―Sí. No, espera. ¿Has oído que estaba enfermo la semana pasada? Tenía piedras renales. Bueno. Ahora estoy bien.

Le miré furioso. Él me devolvió una sonrisa.

Seguimos caminando.

―Entonces, ―dijo menos de diez segundos más tarde porque no podía dejar nada. Jamás. ―¿Vamos a hablar de ello?

―No.

―Al igual que, en absoluto.

―De ningún modo.

―¿Vamos a hablar de cómo no me lo dijiste?

―No.

―¡Bah! ―dijo y después—, bien, yo voy a hablar de ello.

―Yo realmente preferiría que no lo hicieras.

―Por supuesto. Debido a que estás a punto de sentir mi ira.

―Bruto.

―¡Así no! Dejar de hacerlo extraño.

―Estoy hablando con un unicornio sin cuerno llamado Terry. Ya es bastante raro.

―Punto. Ahora. Lo primero es lo primero. ¿Cuándo vas a hundir tu culo en su polla?

Tropecé y casi caí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Mago y El Caballero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora