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- ¿Venderte? No puedo creerlo, tu aceptaste, pudiste haberme rogado para no convencerte, pero fuiste de zorra hacia él- me grita y yo no dudo en darle una cachetada.

El golpe resonó en el silencio de la cocina, cortando el aire entre nosotros. Mis manos temblaban y mis mejillas ardían de rabia y frustración. Lo había hecho, lo había golpeado. Jamás imaginé que llegaría a ese punto, pero las palabras de Joohyuk habían sido la gota que colmó el vaso.

Joohyuk, sorprendido por la bofetada, se quedó un momento en silencio, tocándose la mejilla. Su rostro se torció en una mezcla de enojo y confusión, pero antes de que pudiera responder, las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. No podía contenerlas más.

—Dijiste que era por nuestro bien... —grité, casi sollozando—. ¡Me dijiste que todo esto era para ayudarnos, para salir adelante, para que no nos faltara nada! Pero lo único que querías era deshacerte de mí por una noche. ¡Fuiste tú quien insistió en que lo hiciera!

Mi voz se quebraba con cada palabra, sintiendo cómo mi corazón se rompía poco a poco. Joohyuk no me miraba, su mirada estaba fija en el suelo, como si estuviera buscando las palabras correctas para justificarse, pero sabía que no las había. Ninguna excusa podría reparar lo que había hecho. Ninguna.

—Felix, yo... —comenzó a decir, pero lo interrumpí antes de que pudiera seguir.

—¡No, Joohyuk! —le grité—. ¡No me vengas con más mentiras! ¡Me obligaste a ir con Hyunjin, me dijiste que era lo mejor para nosotros! Y ahora... ahora me llamas zorra, como si todo esto hubiera sido mi culpa.

Joohyuk levantó la vista, sus ojos oscurecidos por la rabia. Se acercó a mí, sus manos temblaban y podía notar la tensión en su mandíbula.

—¡Sí! —gritó, su voz cargada de veneno—. ¡Fuiste tú quien aceptó! Pudiste haberme rogado para no hacerlo, pero en vez de eso, te dejaste llevar. Fuiste de zorra hacia él. ¡No me mires como si todo esto fuera culpa mía!

El dolor de sus palabras me atravesó como un puñal. Sentí como si mi corazón se rompiera en mil pedazos. La sensación de traición era insoportable, pero antes de que pudiera responder, su mirada cambió. Algo en su expresión se suavizó, y de pronto, sin previo aviso, lo confesó.

—Yo también te engañé, Felix —dijo en voz baja, casi como si no quisiera que las palabras salieran de su boca.

El mundo se detuvo por un segundo. Mi corazón latía con fuerza en mis oídos, y sentí cómo el suelo parecía moverse bajo mis pies. ¿Qué acababa de decir?

—¿Qué...? —mi voz apenas fue un susurro, temblorosa, incrédula. ¿Había escuchado bien?

Joohyuk me miró, sus ojos llenos de algo que podría haber sido arrepentimiento, pero no estaba seguro. ¿Cómo podía estar arrepentido después de todo lo que había hecho?

—Fue solo una vez, Felix —continuó, su voz ahora más suave, casi como si intentara calmarme—. No significó nada, fue durante una de esas noches en que bebí demasiado... no pude controlarme. Lo siento.

Lo siento. Esas dos palabras me retumbaron en la cabeza, vacías, sin peso. No podía creer lo que estaba escuchando. Todo este tiempo, había soportado sus manipulaciones, su desprecio, su venta descarada de mí a Hyunjin, y ahora esto. Me había engañado. Traicionado de la forma más vil y baja.

Sentí cómo una oleada de rabia y dolor me invadía, un grito ahogado en mi garganta que no podía soltar. Quise gritar, destrozarlo todo a mi alrededor, pero lo único que salió fue un sollozo desgarrador.

—¡Cómo pudiste...! —gemí, las lágrimas fluyendo sin control, ahogándome en mi propio llanto—. ¡Cómo pudiste hacerme esto, Joohyuk! ¡Después de todo lo que he hecho por ti, por nosotros! ¡Me traicionaste! ¡Tú me traicionaste primero!

Joohyuk no dijo nada, solo me miraba, incapaz de responder. Su silencio era más doloroso que cualquier palabra que pudiera haber dicho. Era como si ya no hubiera nada que salvar, nada que pudiera arreglar lo que había hecho.

No podía soportarlo más. Necesitaba salir de allí, alejarme de él, de esa casa, de todo. Sin pensarlo dos veces, me di la vuelta y salí corriendo hacia la puerta. Escuché a Joohyuk llamarme, pero sus palabras eran apenas un eco lejano en mi cabeza. Abrí la puerta de golpe y me lancé a la calle, corriendo sin rumbo, sin saber a dónde ir, solo queriendo escapar de todo el dolor que sentía.

No sabía cuánto tiempo había corrido cuando, finalmente, mis pies me llevaron a una pequeña cafetería en una esquina de la calle. Estaba casi vacía, apenas unas pocas personas ocupaban las mesas. Entré, sintiéndome aturdido, con el pecho ardiendo y la cabeza dándome vueltas. El suave aroma a café me envolvió, pero no logró calmar el torbellino de emociones que me consumía.

Busqué una mesa en el rincón más apartado y me desplomé en la silla, cubriendo mi rostro con las manos. Y allí, en medio de esa pequeña cafetería, solté todo el llanto que había estado conteniendo. Las lágrimas caían sin cesar, y mi cuerpo temblaba con cada sollozo.

Me sentía tan solo, tan destrozado. No sabía qué hacer, ni adónde ir. Joohyuk me había traicionado. Mi matrimonio, mi vida, todo parecía desmoronarse a mi alrededor, y no sabía cómo volver a levantarme.

𝙋𝙧𝙤𝙥𝙤𝙨𝙖𝙡 ☠ Hyunlix Where stories live. Discover now