#05 Parte 7

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Una tarde lluviosa, el paraguas de Yoon Jigu se rompió, lo que lo obligó a caminar hasta su casa bajo el mismo paraguas que el pervertido del vecino. Aunque lo odiaba, prefería eso a mojarse por completo bajo la lluvia. Una vez más, el vecino se tomó la libertad de meterle algo de comer en el bolsillo. Primero fue un macaron, luego un caramelo, y hoy otra vez un caramelo. Al parecer, el vecino disfrutaba de transmitir sus sentimientos a través de esos regalos.

Recibir regalos con tan claras intenciones era extremadamente incómodo para Yoon Jigu.

El vecino hablaba mucho, mucho más de lo que Yoon Jigu desearía. No era necesario que él respondiera, ya que el otro siempre encontraba un nuevo tema sobre el que charlar. Aunque su charla era constante, su tono suave hacía que no resultara molesto, lo cual era, sorprendentemente, bastante curioso.

Aun así, Yoon Jigu sentía una pequeña chispa de gratitud, del tamaño de una hormiga, por compartirle el paraguas. Como agradecimiento, le dio al vecino unas madeleines que había preparado rápidamente esa mañana en la cafetería. Sin embargo, se aseguró de aclarar que no las había hecho él, para evitar malentendidos. El vecino, por su parte, parecía aceptar la explicación con cierta resignación.

Esa misma noche, ocurrió algo curioso. Mientras estaba en una llamada de voz, escuchó a Neutaaaa masticar algo. Bromeó con él, preguntándole por qué comía solo, y el ruido de un envoltorio acompañó la respuesta de Neutaaaa.

[ ─ Es algo que me dieron. Se llama... pan de limón, creo. ]

«¿Pan de limón?»

Yoon Jigu esbozó una sonrisa al recordar las madeleines que había hecho esa mañana.

[ ─Es una cosa con forma de concha, color amarillento... no es pan dulce, no es un donut... ¿cómo se llamaba? ]

─ ...¿Madeleine?

[ ─ ¡Ah, sí! Madeleine de limón, eso era. ]

La coincidencia era sorprendente.

─ ¿Quién te lo dio?

[ ─No sé, simplemente me lo dieron... ]

Por un momento, un pensamiento extraño cruzó por la mente de Yoon Jigu, pero enseguida lo descartó. La posibilidad de que eso fuera cierto era prácticamente nula. Neutaaaa y el vecino pervertido eran completamente diferentes, empezando por sus personalidades. Neutaaaa era una persona con límites claros y una actitud firme. Aunque, si se lo pedías, a veces cedía y te hacía caso, pero en general era bastante estricto. Incluso, a veces ignoraba lo que Jigu decía.

Por otro lado, el pervertido del vecino no tenía esos límites. Solo hacía falta cruzar miradas para que corriera hacia él, lanzándole comentarios aquí y allá. No había manera de que esos dos pudieran ser la misma persona.

─ Oye, Neutaaaa, ¿tienes a alguien que te guste?

[ ─ No digas tonterías, qué asco. ]

La actitud de Neutaaaa hacia él era completamente diferente. Aunque, pensándolo bien, sus voces tenían un ligero parecido, pero ni siquiera recordaba bien la voz del vecino. Además, las madeleines se vendían en cualquier panadería.

─ No sé, es que tu voz me recuerda a alguien que conozco.

[ ─ Deja de decir tonterías. ]

Neutaaaa era realmente implacable. Aunque no solo era con él, lo que en parte era un alivio. Aún así, Jigu pensaba que no costaba nada seguirle un poco la corriente. Gruñó y murmuró quejas en tono de broma, pero justo en ese momento escuchó cómo Neutaaaa apagaba el micrófono, lo que obligó a Yoon Jigu a suplicarle para que lo volviera a encender.

Pensaba que era injusto tener que rogarle a alguien cuyo nivel era más bajo y cuya apariencia en el juego era francamente patética.

«¿Qué tenía de especial para hacerse tanto de rogar?»

Aunque eso le molestaba un poco, era innegable que la situación le resultaba divertida, aunque un poco frustrante.

Tessa: *coooof* Simp *cof*

Tessa: *coooof* Simp *cof*

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Miembro del Gremio Vecino [ MGV ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora