Miembro del Gremio Vecino [ MGV ]

#05 Parte 13

De camino a la piscina, Yoon Jigu se topó con su vecino. Sin embargo, una hora después, el hombre no había aparecido en la piscina. ¿No se suponía que iba a casa solo un momento? Sin darse cuenta de que había pasado más tiempo mirando de reojo la zona de la piscina para principiantes que nadando, Yoon Jigu salió hacia los vestidores.

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「neutaaaa: Hoy no podré conectarme al juego.」

「neutaaaa: Estoy enfermo...」

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─ ¿Qué? ¿Enfermo?

Se le escapó en voz alta. 

«¿Entonces ya estaba enfermo cuando lo vi hace un rato?»

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「¿De repente te enfermaste?」

「¿Qué te duele?」

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Newta nunca había sido de los que respondían al instante.

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「Hyung」

「Hyung?」

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Pero, al no recibir una respuesta inmediata, comenzó a ponerse ansioso.

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「¿Dónde estás?」

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Sin pensar mucho en lo extraño que resultaría para Newta, Yoon Jigu se apresuró hacia la puerta del vecino y tocó el timbre repetidamente. Al cabo de un rato, el hombre apareció, con los ojos a medio abrir y una expresión de agotamiento. Aunque antes no parecía tan enfermo, ahora tenía la piel enrojecida y se tambaleaba al caminar. Cuando Jigu le sostuvo, notó lo caliente que estaba su cuerpo.

─ ¿Qué... qué te pasa?

─Un resfriado.

─¿Resfriado? ¿Y la medicina?

El hombre se quedó pensativo, ladeando la cabeza sin mucha claridad. Parecía que el calor le había nublado la mente.

"¿Por qué está Yoon aquí?" murmuró. Y justo cuando giraba, Jigu notó cómo el cabello húmedo se esparcía alrededor de su rostro.

─ ¡Hyung!

Antes de que su cabeza golpeara el suelo, Yoon Jigu logró sujetar a Yeowoon justo a tiempo mientras se desvanecía y gritó sin darse cuenta. El hombre, que había estado tambaleándose, perdió el conocimiento y se quedó dormido. Al tocar su frente, Yoon Jigu tuvo el pensamiento de que, si lo dejaba así, podría empeorar. Sin opción, lo cargó y lo llevó a su propio apartamento, un acto que le parecía inusualmente generoso.

Ya dentro, le dio medicamento cuando despertó medio aturdido. Yeowoon murmuró algo ininteligible y volvió a dormirse. Después de un rato, al despertar de nuevo, su fiebre había bajado mucho. Yoon Jigu, que no quería revelar que había estado preocupado por él, intentó hablarle de manera brusca, pero Yeowoon lo miró fijamente con sus ojos claros y le sonrió suavemente.