Miembro del Gremio Vecino [ MGV ]

#01 Parte 12

Durmiendo profundamente como si hubiera corrido toda la noche, Yeowoon fue interrumpido por el sonido familiar de su teléfono. Aunque intentó taparse los oídos con la almohada, no pudo ignorar el ruido y se levantó para palpar a su alrededor hasta que finalmente agarró el teléfono.

— ¿Hola?

Yeowoon respondió al teléfono de manera un tanto hostil. A menos que fuera algo importante, preferiría estar muerto que responder.

— ... Ah, sí.

Aún medio dormido, Yeowoon respondió de repente con una voz más calmada. Incluso él mismo notó que estaba más tranquilo que antes.

— Aishh, cállate.

La llamada no duró mucho. Ahora completamente despierto, Yeowoon dejó el teléfono en la cama y se arrastró por el suelo para sacudir a su amigo.

— Sehyung, despierta. ¿Eh? Despierta y mírame un momento.

— ¿Por qué?

Forzando a Sehyung, que tenía los ojos hinchados, a levantarse, Yeowoon lo agarró y le dijo.

— Pégame en mi mejilla.

— Está bien.

Pum. Sin pensarlo, Sehyung le dio una bofetada a la mejilla de Yeowoon, quien momentáneamente sintió tanto dolor que le devolvió el golpe y lo derribó. Se quejó de que le dolía la cabeza. No podía ser un sueño...

Tessa: Hasta yo lo senti haha

— Tengo que ir al trabajo.

Sehyung parpadeó ante estas palabras y respondió con una expresión distorsionada.

— ¿Qué estás diciendo? ¿No fuiste allí ayer? ¿Dijiste que había un candidato allí? ¿No es eso fraude telefónico?

— Jaja.

Cuando Yeowoon sonrió con malicia, sintió una sensación de repulsión en la expresión de Sehyung. Parecía como si quisiera agarrarlo y retorcerlo en cualquier momento mientras le decía entre dientes.

— Realmente tienes mala suerte... Felicidades, hijo de puta. ¿Te mudarás ahora? Dijiste que si conseguías el puesto, te mudarías cerca.

— Por ahora, solo estoy buscando algunas propiedades. No es algo urgente.

— No te apresures y termines siendo estafado. Ve a ver varios lugares.

Sí, eso sería lo mejor. Yeowoon rió disimuladamente. Sin embargo, mientras pensaba en eso, sintió un escalofrío en la médula ósea debido a ciertos pensamientos fugaces que cruzaron su mente.

— ... No marqué la asistencia ayer.

— ¿Qué asistencia?

— Oh, ¡por tu culpa!