Capítulo 1

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Aclaraciones:

Esta historia es GoYuu, y habrá ciertas menciones GeIta y TojiIta.
La clasificación es: madura, habrá romance tóxico entre otras cosas que irán descubriendo sobre la marcha. RECUERDEN QUE ES FICCIÓN ASÍ QUE NADA DE DEFIENDE PIXELES.
Dicho esto, y si aún quieres seguir puedes comenzar a leer ♡

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En las inmediaciones de Iwate, un lujoso auto se encamina a la lujosa y antigua residencia de la familia Gojo

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En las inmediaciones de Iwate, un lujoso auto se encamina a la lujosa y antigua residencia de la familia Gojo.

El joven que va en la parte trasera del auto solo observa como el pueblo parece prácticamente vacío, hay algunos locales y un par de casas, pero nadie yace afuera. Algo muy contrastante con el pueblo de donde salió, pues si bien no destaca económicamente o por la inmobiliaria, si lo hace por la gente que habita en él.

Aunque ama a su pueblo, tuvo que salir de él, pues ahora estaba lleno de recuerdos cargados de dolor y experiencias que le gustaría olvidar.

Pone la mano en la marca que un alfa dejó en su nuca y; duele, duele como ha dolido desde aquel fatídico día en donde le arrebataron la felicidad que añoraba tener entre sus brazos.

— Ya estamos por llegar señor Itadori —le avisa el chófer haciéndolo salir de su trance.

— Muchas gracias señor Ijichi —agradece el joven fingiendo alegría.

El auto se detiene y ambos bajan, mientras el chófer se encarga de bajar sus maletas, Yuuji contempla la inmensidad de la mansión frente a él. No hay duda de que sus patrones son gente adinerada, después de todo ofrecieron pagarle una buena suma de dinero por su trabajo como niñero del pequeño hijo de la familia Gojo.

El chófer lo alcanza y Yuuji se ofrece a ayudarle con su equipaje pero se detiene al ver la expresión del hombre que parece inquieto.

— ¿Se encuentra bien?, señor Ijichi —le cuestiona con gentileza el joven omega.

— Eh, sí —responde el hombre— es solo que esta casa... es demasiado tenebrosa.

Yuuji no pudo evitar reír.
— Parece muy antigua, ¿Verdad? —inquirió con ingenuidad— aunque a mi me gusta la tranquilidad que hay aquí.

— Sí, aunque no me refiero solo a eso... —continuó el hombre, provocando que Yuuji lo mirara con confusión— usted no sabe porqué...

Antes de que pudiera seguir, alguien abrió la elegante pero vieja puerta de madera que chirriaba un poco.

— Buenas tardes, joven Itadori, señor Ijichi —los saludó con una mirada fría la anciana mujer que se encontraba dentro, vestía un hermoso y costoso vestido azul, portando en su cuello y muñecas algunas joyas— le agradezco que haya traído al joven Itadori, pero sus servicios ya no son requeridos por ahora —le dijo al señor Ijichi mirándolo a la cara como si le exigiera irse.

"The Boy"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora