Capitulo 2

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Oscar

Abri mis ojos lentamente acostumbrandome a la luz blanca de la habitacion.

Queria estirarme pero no podia.

Mire todo.

Otra vez estaba en el hospital.

Este hospital me gustaba, tenia mi propia habitacion, y los doctores no estan todo el timpo arriba de ti.

Escuche la puerta abrirse.

Una chica de estaura promedio y gramees ojos azules.

Supuse que era la doctora traia una bata, de doctora.

—Buenos dias Oscar—saludo no muy energetica.

Se veia cansada y con gramdes ojeras bajo sus ojos.

—Buenos dias—dije sin darle mucha importancia.

—Como te encuentras—me pregunto revisando los aparatos que estaban conectados a mi cuerpo.

—Bien.

—Me alegra, tu ritmo cardiaco va bien, voy a revisar tus ojos—dijo abriendo mi ojo y poniendo una linterna.

—Sigue la luz de la linterna—me pidio.

Y yo lo hice.

Me dolia un poco.

—Sigue lento, pero vas mejorando, ¿sentiste alguna incomodidad, dolor?

—Si.

—Bien, dime en que ojo.

—Izquierdo.

—Si bien—ensendio un televisor y me mostro imganeses que no entendia.

—Esta es tu cabeza, cuando tuviste la ultima convulcion te diste un golpesito en la cabeza, aafortunadamemte solo fue el golpe—explico mostrandome las imagenes—y por eso probablemente no recuerdes mi nombre.

Dijo.

—No, no lo recuerdo.

—Mi nombres es Giselle Allen, voy a ser tu doctora por mientras que estes aqui, estoy haciendo mis pruebas para quedarme en este hospital, si nesesitas algo con toda confianza puedes pedirmelo—dijo.

—Te vez cansada—no pude evitar decirlo.

Ella me sonrio amable.

—Si, estoy y me veo un poco cansada—afirmo—como te decia, estoy haciendo mis prueba y nesesito volver a urgencias, cada 15 minutos vendre a verte, si yo no puedo va entrar charly.

Asenti.

—En 15 minutos vuelvo—me sonrio y salio cerrando la puerta.

Aunque era inutil, a lado de la puerta hay un ventanal que da a el mostrador de las que supongo son las recepcionistas de piso, creo yo.

Me quede mirando el techo.

Donde esta mi celular.

Ya estoy aburrido.

Pasaron los 15 minutos y volvio la doctora.

—Como te sientes—me pregunto.

—Bien.

—Algun malestar como vomito, mareos, dolor de cabeza—me pregunto mirando la maquina que eataba a mi lado.

—No, ninguno.

—Bien, estaremos aumentando el tiempo, ahora volvere en 20 minutos—dijo.

—Puedo pedirte algo—le pregunte.

Amor por intravenosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora