Capitulo 6

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Giselle

Mi corazón latía a mil por hora.

Lo de ir en ambulancias no era mi trabajo.

Unos minutos atrás recibimos una llamada de un paciente llamado Oscar Piastri en estado de gravedad.

Así que me ofrecí.

Hace 3 semanas que no lo veo, desde que salió del hospital y cuando llega esa llamada yo estaba a lado de la enfermera que recibió la llamada.

Desde ese momento mi corazón no a dejado de latir de manera preocupante.

Entramos a uno de los barrios mas ricos y se notaba mansiones con fachadas hermosas, coches de lujo. Y Oscar no aparenta de mucho dinero, se ve tan sencillo.

—Esta por aquí—dijo una chica guiándonos.

después de como 1000 escaleras legamos a una habitación donde mire a Oscar recostado en la cama.

Me adelante y me puse el estetoscopio poniéndoselo en su corazón el pulso muy lento.

me subí encima de el haciendo RCP.

—Pulso lento—dije sin parar.

—Que fue lo que le paso—pregunté cuando ya estábamos en la ambulancia camino al hospital.

—Estábamos viendo películas y el empezó a decir que se estaba sintiendo mal que se iba a recostar un reto y después de unos minutos escuchamos un fuerte ruido y subimos corriendo y lo encontramos tirado en el piso  y estaba temblando, entonces llamamos a un vecino y nos ayudo a subirlo a su cama—explico una chica con la voz cortada.

Mis brazos ya dolían por el RCP que en ningún momento pare de hacerlo.

—Se pego en la cabeza—Pregunte.

—No lo se.

—Hagámosle una resonancia magnética—dije cuando logramos estabilizar su pulso.

—¿Doctora, segura? no cree que aun es muy pronto.

—Dije, háganle una resonancia magnética, acaso dije que era muy pronto, no, así que preparen un resonancia magnética—ordene.

—Si, lo siento.

Después me disculparía.

ahora tengo cosas mas importantes.

Mire como tenia sus ojos cerrados y sus labios entre abiertos.

—Es lindo verdad.

me gire asustada.

—Soy Sara—se presento.

—Giselle.

—Lo se, lo dice en tu bata.

Asentí.

—Eres familiar de Oscar—le pregunte.

—Algo así, es mi ex novio.

Claro, un chico tan guapo no puede tener una novia fea, las dos que han venido son preciosas.

Todas con ojos claros, castañas, con cuerpos de super modelos.

—No puedes estar aquí sin autorización de un familiar o del paciente, vuelve a casa—dije mordiendo mi labio inferior.

—Vamos, favor de mujer a mujer—pidió.

negué. 

si fuera otro paciente si, pero con Oscar no.

—Reglas son reglas, y pueden despedirme por dejarte pasar.

—Bien, lo entiendo.

unos minutos después volvió una enfermera.

Amor por intravenosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora