Capítulo 6

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Por fin había vuelto a llover. Y con ello, la paz mental de los estudiantes que estuvieron sufriendo los últimos días de calor en pleno invierno. Se sentía bien volver a la normalidad luego de ardua tortura en los salones que dependían apenas de un triste ventilador de astas oxidadas.

La pelirrosa no era especialmente fan del invierno pero tampoco le agradaba los cambios de temperatura tan bruscos, le recordaban a la contaminación.

Bueno, de todas maneras aunque hubiera dejado de hacer ese calor infernal, tampoco podía olvidarse del cambio global cuando estaba oyendo una conversación sobre ese mismo tema en el salón de clase. Intentaba concentrarse pero a cada rato comenzaba a garabatear en la hoja de su pupitre... Su mente divagaba mucho.

No estaba significativamente triste o deprimida, es solo que estar tanto tiempo sola le aburría demasiado y más cuando no encontraba algo que sume un reto, productiva o académicamente hablando, claro estaba; porque en términos personales aún tenía mucho por resolver. Su cabeza no se decidía ni por dónde comenzar para establecer su futuro, ni que hacer con su torpe corazón.

Hacía dos días que evitaba tener contacto con Sasuke y así mismo, con Sasori, dentro y fuera de la escuela. Lo cual era considerablemente difícil si ambos asistían literalmente al mismo salón, pero hacia lo que podía. Decidió cambiarse a un lugar más lejano, alegando que estaba más cómoda cerca de Temari que al menos, podía considerarla una "amiga" —a pesar de que apenas si se hablaban—. Por supuesto era una excusa, pero era lo mejor que tenía. Al menos era lo pudo lograr con respecto a Sasori.

En cambio con Sasuke la cosa no estuvo tan difícil, ha decir verdad ellos de por si no hablaban sino por increibles casualidades de la vida. Tan solo debía evitarlo un poco y con eso todo listo.

El problema era que ahora se sentía miserablemente sola. Ino luego de hacia dos días necesitar retirarse de la escuela, informó a Sakura por llamada que una tía suya tuvo un accidente con su pierna y necesitaba su ayuda por una semana para cuidarla hasta que su prima pudiera hacerlo, pues estaba de viaje o algo así. Ni siquiera había tenido aún la oportunidad de contarle los últimos sucesos para buscar un consejo, pues la rubia se encontraba casi siempre ocupada y prometiendo una pronta llamada.

En fin, no podía culparla.

En la hora de los recesos no podía saber si quedarse en el salón o salir afuera hasta saber que es lo que Sasori haría. Quizás era cobarde por evitarlo pero aún no se sentía lista para confrontarlo y expresarle que, ya no estaba interesada en él. Justo cuando llegó la hora observó que el pelirrojo no parecía tener intenciones de salir, y ella tomó su celular y auriculares dispuesta a hacer exactamente eso. Salió del salón a paso apresurado sin dar oportunidad a quedarse solos.

Al caminar sentía en su espalda la mirada del chico y era de esperarse. Probablemente estuviera esperando una explicación a su extraño comportamiento. Internamente Sakura agradecía jamás haberle pasado su número de teléfono.

Pero justamente por esa razón, fue que al momento de meterse a un cubículo del baño de damas —para escuchar música hasta que acabara el tiempo—, y sentir la vibración de su celular que la llevó a revisar la notificación; ver el nombre de Sasori en su celular poniendo una llamada entrante la dejó completamente perpleja.

Ella jamás había dado su número. Tan solo se había limitado en agendarlo sin enviar ningún mensaje porque en el momento no hizo falta comunicarse por celular, por el hecho de que se veian todos los dias en la escuela.

Esquivó la llamada rápidamente y rebuscó entre sus contactos el nombre de su mejor amiga.

—Contesta por favor... —susurró para sí al oír el reconocido subido de vibración de su celular marcando— Por favor por favor, contesta...

Prohibido tocarla [Sasusaku] [+18] [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora