Capítulo 8

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A pesar de no parecerlo por su reputación de rebelde sin causa en la escuela, Sasuke Uchiha era una persona bastante funcional en los demás aspectos de su vida. No era un idiota, de hecho era muy listo. Durante la primaria y primeros años de secundaria tuvo muy buen promedio y era popular en el buen aspecto. La mayoría de las personas cambian cuando están en la adolescencia, pasan por diferentes etapas y tienen bastantes facetas; por supuesto que el Uchiha, no era una excepción.

Todas las mañanas se levantaba temprano para salir a correr en ayunas, lo cual era una tarea bastante agradable porque adoraba ejercitarse y en el camino se encontraba con muchos animalitos callejeros. Principalmente era fanático de los gatos, pero ha decir verdad jamás había tenido uno, porque a ninguno de sus padres le gustaban. En todo caso, siempre llevaba consigo en su riñonera algo de alimento para darles... Era una costumbre que incorporó con los años.

Cuando regresaba a su casa se daba un baño y desayunaba en completo silencio, porque había descubierto a temprana edad que odiaba con su corazón que lo interrumpieran al desayunar. Después de ello iba a la escuela si le apetecía hacerlo o si tenía alguna otra tarea que hacer en otro lado más importante. En realidad había muchas cosas que prefería hacer antes que asistir a la escuela.

Casi nunca almorzaba en casa por estar en las calles, su trabajo le ameritaba estar la mayor parte del tiempo yendo de aqui para allá cumpliendo recados que en ocasiones podian ser más molestos de lo normal. Era una buena rutina.

Al llegar a casa si no estaba muy cansado podía ejercitarse un poco en su habitación, justo como lo estaba haciendo aquel día; el cual había transitado normal pero, con un malhumor que no lo dejaba en paz.

Hacía dos días que había tenido aquel "incidente" con Sakura Haruno, y desde entonces estaba muy molesto, incómodo. Probablemente él sabía que la chica estuvo en todo su derecho de darle aquel golpe en la cara, pero pese a esto no podía evitar sentirse algo ofendido. Pero más que el enojo lo que lo invadía era la frustración de saber que aquel problema se habría podido evitar si tan solo hubiera estado más... Preparado. Es decir, él notó las intenciones de Sasori desde el principio y por supuesto que quiso matarlo apenas lo vio.

Pudo haberle advertido, y recalcado las reglas impuestas desde hacía años sobre la chica, pero por estar con la cabeza perdida en otros asuntos lo iba dejando para después y después... Hasta que fue demasiado tarde porque el infeliz resultó ser un potencial abusador. Al menos tuvo la viveza de vigilarlo más de cerca cuando notó por casualidad que se había metido al baño de damas luego de la pelirrosa.

Recordarlo le causaba asco.

Su mente salió del trance cuando oyó el sonido, ya conocido para él, del tono de llamada de su teléfono. Blanqueó los ojos y tuvo que dejar en el suelo la pesa con la que estaba haciendo Curl de bíceps, para acercarse a su mesita de luz y tomar el aparato.

—Diga.

—Sasuke ¿Qué tal? —Era Suigetsu— ¿No estoy interrumpiendo algo verdad? —cuestionó con un tono divertido y sugerente.

—Nah. Dime qué necesitas.

—Pues Madara me ha dicho que hace dos días no te ve pasar por allí y comienza a molestarse un poco porque siempre estas cambiando el número del teléfono del trabajo y no tienen como contactarte. Y yo insisto en que deberías darles tu número principal, no hay diferencia ¿Sabes?

—Ese no es tu jodido problema. No soy tan estúpido como tú —recalca limpiándose algunas gotas de sudor de su frente—. ¿Así que el idiota solo te llamó para decirte que está ofendido conmigo?

—Hay algo más. Es que como no puede darte trabajo en persona tuvo que decírmelo a mí. ¿Ya tienes la parte del idiota que le faltaba un ojo no?

—¿Hablas de Obito? La tengo como hace una semana. Se la llevaré hoy.

Prohibido tocarla [Sasusaku] [+18] [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora