Tres maldiciones; llegar tarde, estar enamorada por siempre de la misma persona y que los hombres no se le acercan. En eso se basaba su estúpida vida.
Quizás lo mejor era enfocarse al completo en sus estudios y decidir de una maldita vez a qué querría dedicarse por el resto de su vida.
La voz de Ino, la hizo voltearse con una mueca de molestia en el rostro.
—No me mires así mujer, que estoy tratando de ayudarte —recriminó antes de acercarse para hablar en su oído—. ¿Ya le has preguntado a Sasuke?
Un escalofrío recorrió su columna al oír la pronunciación de aquel nombre. Sasuke. Sasuke Uchiha. El hermano menor del amor de su vida, Itachi Uchiha.
Jamás había pensado en la idea de ir a preguntarle a él, y no porque no se le hubiera ocurrido sino por una muy buena razón. Sasuke era muy distinto a Itachi en muchos aspectos, y muy parecido en otros. Lo que significaba que era igual de serio, listo, astuto, y desinteresado sobre las relaciones serias. Pero por otro lado, era todo lo contrario a ser dulce, amistoso y comprensivo.
Cuando eran pequeños ella se hizo amiga de Sasuke antes que de Itachi. En preescolar. Compartieron meriendas en su niñez y luego simplemente comenzaron a alejarse cuando la personalidad de Sasuke comenzó a ser más intensa de lo que una chica como ella puede soportar. Era un patán de primera y un potencial agresor de nerds. A veces tan cliché que generaba ganas de reír a carcajadas o simplemente vomitar.
Dejó de hablarle y tratarla con dulzura, dejó de ser su amigo cuando comenzó a establecer su grupo de amigos "mala influencia" y al igual que su hermano mayor, rodearse de mujeres por su genético atractivo. Por otro lado, era más atlético que Itachi y mucho más enojón. También bastante más reservado y con una muy mala reputación esparcida por la escuela.
Y por cierto, Sakura tenía la leve sospecha de que este la odiaba...
Tragó grueso.
—Definitivamente eso no es una buena idea. No le agrado... —susurró al mirar en todas direcciones, esperando encontrarse con la mirada que portaba aquel ceño fruncido tan característico.
—No está aquí. Está en el gimnasio del edificio trasero —explicó procurando que nadie más la oyera—. Eso le dijo a Naruto... Y por cierto. Yo creo que ya es hora de que superes aquel miedo. Dudo que el legendario Sasuke esté enfadado contigo porque dejaste de ser su amiga en la infancia.
—Él dejó de ser mi amigo —corrigió elevando un dedo por delante de su rostro—. Y no tengo miedo. Pero es muy descortés. Solo digo que será en vano porque definitivamente no va a decirme nada que yo quiera saber.
La rubia se encogió de hombros antes de pincharla con el bolígrafo y luego comenzar a anotar cosas en sus hojas.
—Yo solo digo que si te rindes antes de intentarlo, quizás en realidad a Itachi no lo quieres tanto —Sakura blanqueó los ojos al escucharla decir esas palabras. Aquello era estúpido—. Se lo que estás pensando. Quizás es tonto pero si te hace sufrir tanto ¿por qué no mejor intentar quitarse la duda de encima?
La pelirrosa se quedó pensativa durante unos segundos en los que miró la hoja en la que había estado garabateando estupideces. Entonces asintió sin ninguna gana pero con una leve esperanza.
—Está bien, quizás tienes razón.
—Pues si no se presenta a la siguiente clase, tu lo buscas y yo te cubro.
Tras un asentimiento de cabeza posó su cabeza otra vez en la película. Su estómago se removió de nerviosismo con antelación.
La clase transcurrió a un turno exageradamente alto lento para su gusto y su paciencia, provocando una leve jaqueca que la hizo soltar consecutivos suspiros de fastidio. De ves en cuando se ganaba alguna mirada de hartazgo de parte que Ino que apenas podía concentrarse con todo el barullo de sus compañeros hablando, la película andando y ella suspirando como desquiciada que odia su vida.
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Prohibido tocarla [Sasusaku] [+18] [En Emisión]
Fiksi PenggemarNo es su novia. No es su familia. No es su amiga. Pero es suya. Y definitivamente, está prohibida. Sakura Haruno tenía tres cualidades a las que consideraba como talentos, o más bien como maldiciones. La primera, que era experta en llegar tarde...