Capítulo 1

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1. Por primera vez.

Observó como el sol empezaba a aparecer sobre el Lago Lyn y juntó sus manos bajo su cabeza mientras notaba la hierba húmeda bajo su cuerpo.

Clary se encontraba tumbada al lado de un árbol, junto a su cuaderno de dibujo. Sonrió por el simple hecho de saber que, por primera vez, durmió en un lugar que no era su habitación. Pero se levantó rápidamente y volvió a toda velocidad a su pequeña casa intentando hacer el menor ruido posible.

Aunque solo tuviera 15 años, era una cazadora de sombras nata. Desde su infancia había entrenado junto a su hermano Jonathan y su propio entrenador que hasta el día de hoy era su padre. Hace muchos años el ángel Raziel mezcló su sangre con la de Jonathan cazador de sombras, el primer cazador de sombras del mundo, y creo su raza. Su deber era defender el mundo de los demonios y crear la paz.

Pensó en como su padre se lo había contado y sonrió, amaba ser cazadora de sombras.

Pero el hecho de recordar a su padre la trajo al mismísimo infierno. Deseó con todas sus fuerzas que no estuviera despierto. Sus castigos -los que le habían impuesto a su hermano- eran despreciables, pero necesarios. Una vez observó como lo golpeaba con el cinturón en la espalda por el simple hecho de no estar entrenando por encontrarse algo cansado. Sus nueve horas sin descanso lo dejaron agotado, pero a su padre no le importó.

"Un guerrero nunca descansa, Jonathan, esto es por tu bien." Le había dicho su padre a su hermano. Clary nunca se negaría a una orden de su padre ni le desobedecería. Pero al quedarse dormida fuera, podría recibir dicho castigo, y ella prefería no tenerlo aunque fuera para su bien.

Cerró la puerta con mucho cuidado y, después de observar si estaba despejado, atravesó la entrada y subió lentamente las escaleras que conducían a la segunda planta, pero para su mala suerte su hermano estaba al final de ellas, sin disimular lo enfadado que estaba.

-Lo siento Jon, quise... ver el amanecer. Salí hace unos minutos en silencio para no despertaros, perdón si te asusté.

Su hermano se quedó en silencio unos segundos y luego la abrazó.

-Sabes el castigo que puedes sufrir si haces algo no conveniente, ¿verdad?

Clary cerró los ojos y lo abrazó de vuelta. Su hermano era estricto al igual que su padre, no quiso decirle nada solo por el hecho de que él se lo dijera a su padre y ella sufriera tal castigo.

-Si, lo siento.

-Buena chica, prepárate para el entrenamiento.

Clary rodo los ojos disimuladamente.

-Son las ocho de la mañana, espera a que desayunemos, nadie nos atacará, aquí nunca pasa nada.

Jonathan le puso la mano en el hombro y la miró preocupado.

-Hay que estar preparados, Clarissa. El mal nunca una nota en tu puerta avisándote de los peligros que sufrirás.

Clary le devolvió la mirada y asintió sin tener más opciones. Aunque hubiera estado toda su vida entrenando, nunca era demasiado tarde para seguir mejorando. Buscó con la mirada a su padre pero no lo encontró.

- ¿Papá está despierto?

Jonathan le quitó rápidamente la mano del hombro y asintió con la cabeza. Sus blancos cabellos estaban despeinados. Y sus ojos negros parecían listos para la batalla. El día anterior habían acordado que hoy entrenarían temprano y así podrían tener más tiempo libre.

-Bajará en un rato, has llegado a tiempo.

Soltó todo el aire que tenía retenido y asintió. Le dijo a su hermano que iba a ponerse el traje de combate y que bajaría en un momento. Pero en realidad solo iba a dejar su cuaderno de dibujo bajo el colchón y darse un baño de agua caliente. Le dolía todo el cuerpo.

Corazón OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora