Naruto - Garras de león

Capítulo 9: Cartas de un león

Alégrense y celebren ¡Llorad y desesperad!

El día del Dragón Loco casi ha terminado.

No pasará mucho tiempo antes de que el Noble León tome el sol.

Es un poco loco.

...

"¿Qué pasa?"

"¡Shhh!" siseó Naruto a Sandor con un frenético gesto de la mano. "No te quedes ahí fuera en el pasillo embobado todo el día. Ven aquí".

El Sabueso hizo lo que le decían, murmurando con rabia para sí mismo mientras se agachaba bajo la puerta y se apoyaba en el marco. Luego escudriñó la habitación, buscando sombras en las esquinas.

"¿Dónde está tu pequeña cuidadora? ¿La has perdido cuando no miraba?".

Una de las sombras se movió a su lado. "Hay una chica aquí. Es bastante ruidosa".

"¡Santo cielo!"

Era gracioso ver a Sandor saltar así, pero tenían cosas más importantes de las que preocuparse esta tarde. Le hizo un gesto a Clegane para que se acercara. "Vosotros dos no le diréis nada de esto a nadie, ¿entendido? Esto queda entre nosotros. Si escucho a alguno de ustedes hablar de esto con alguien... ...tendré que matarlos".

Nymeria ya lo sabía, por supuesto. Ella había visto a esa Mujer Rojo Sangre darle el huevo, pero el Sabueso no.

Su ceño se frunció mientras preguntaba: "¿Qué quieres decir?".

Naruto se acercó a su cama y apartó la almohada para revelar el objeto en cuestión.

El sabueso entrecerró los ojos y parpadeó un par de veces, mirando el objeto rojo como una piedra con el ceño fruncido. "¿Es un huevo de dragón?", preguntó.

"Sí, lo es".

Se quitó el guante y lo tocó con la mano desnuda. "Está caliente".

Nymeria puso los ojos en blanco. "Vuelve a decir lo obvio".

Sandor retrocedió como si se hubiera quemado. "Maldita sea".

Naruto recogió el huevo y lo metió en su bolsa, con cara de fastidio cuando no le cabía. "Esa es una palabra para eso".

"Apuesto a que ese pequeñín va a eclosionar sobre nosotros, ¿no crees?".

Nymeria le dio un fuerte golpe con el codo, que le hizo gruñir.

"Sí", el rostro de Sandor se tensó en una mueca. "Puedo ver por qué el bastardo loco querría eso".

Es hora de decidir. "¿Tienes algún problema con esto?"

Su espada juramentada le dirigió una mirada de desconcierto.
"¿Por qué me importaría el Rey Loco? Nunca le importamos ni yo ni los míos, así que ¿por qué debería importarme él?".

"Eso está bien". Dejó escapar un suspiro que no se había dado cuenta que estaba conteniendo. "Eso es genial."

Después de todo, existe la posibilidad de que este huevo contenga a Kurama. O puede que no. No estaba preparado para confiar en las palabras de la Mujer Roja, así que no tenía forma de saber si era cierto o no, aparte de que se sentía cálido y vivo. ¿Cuánto tardan los huevos de dragón en gestarse, por no hablar de eclosionar? ¿Semanas? ¿Meses? ¿Años? En cualquier caso, no iba a revelárselo a ellos dos, y mucho menos en las cartas que había enviado a Ellia y Rhaella. Tal vez podría contárselo a su familia, pero dudaba que Madre y Padre le creyeran. Cersei podría, pero siempre lo hacía, y Tyrion era sólo un niño.

No le parecía buena idea enviarle un cuervo a Jaime en Desembarco del Rey. Era demasiado arriesgado... a menos que hubiera una forma de hacerlo más seguro.