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27 de mayo, sábado.

Estado de Gyeonggi, Corea del Sur.

Había pasado una semana de lo que considera como su nueva habilidad, y Momo ni siquiera se tomó el tiempo de hacer otras cosas más que descubrir y ejercitar lo que puede hacer.

Bueno, también la ha pasado con su novia, bastante tiempo de cuidarla y mimarla en su sofá mientras ven una película o serie que se les haya parecido atractiva.

Pero quitando ese tiempo donde la pasaba de maravilla, el que sobraba lo usaba viendo lo que podía lograr a hacer.

Pero ahora, le parecía demasiado pequeño su departamento. Tenía que estar en algo más grande, tener más movilidad para practicarlo, porque le gustaba sentir esa ligereza y orgullo de lograr el salto que quería.

¿Qué mejor lugar que toda la cuidad?

Y por ello, ahora se encontraba en la terraza, usando el gorro de su suéter y un cubrebocas que compró en la tienda de la esquina. Estaba descalza, pues no gustaría de resbalarse o algo así por un calzado, y sus manos podía sentirlas hormiguear ligeramente, pues el viento chocaba contra ella y le brindaba algunos escalofríos.

O tal vez era el miedo.

— Bien, Momo — empezó hablar consigo misma — Nada que no hayas hecho antes en tu habitación. Lanzar, pegar y te dejas llevar por ello, sí, eso — tomó una fuerte respiración, pero cuando se puso en la orilla pudo ver hacia abajo y los diez pisos del edificio se veían como un agujero sin fondo. De abrupto levantó la cabeza — ¡No mires abajo! No mires abajo, no mires abajo... — se repitió para convencerse — Contar hasta tres, pero empujarte en el dos — volvió a tomar un fuerte respiro para llenar sus pulmones y alzó su mano.

Cuando la telaraña llegó hasta el edificio de la otra calle, Momo soltó una pequeña sonrisa.

— Uno, dos... — se obligó a sí misma a saltar — ¡Treees! — mentiría si decía que no estaba aterrada, y tremendamente aliviada cuando llegó al otro edificio. Jadeó como si hubiera corrido un maratón, pero se recompuso y lo intentó de nuevo con el siguiente edificio — Un camino de aquí hasta el hospital, ¿bien? — ya había puesto el limite, solo irá al hospital, verificará que Dahyun saliera y se fuera sin problemas, y luego volvería por el mismo camino.

Su novia había ido a revisar su mano para asegurarse de que siga bien, y Momo se excusó de acompañarla solo porque quería hacer eso, la acompañaría pero desde arriba y siendo invisible.

No estaba tan lejos, pero sí era un camino que necesitaría de transporte, aunque Momo ya tenía su transporte de telarañas y saltos.

El aire contra ella, su corazón bombeando ferozmente, y su sonrisa era todo lo que parecía necesitar en ese momento.

En un salto, dio un giro de su cuerpo, algo que no pudo hacer en su departamento por lo pequeño que era, y ahora se sentía demasiado libre, demasiado emocionante al sentirse caer pero luego volver a subir con fluidez.

Terminó en la terraza del restaurante Hansik House, para desde ahí poder ver al Hospital General de Gyeonggi. Tenía conciencia de que pronto Dahyun terminaría su chequeo, pero aún así se sentó a esperar, agachada para que sea menos visible a las otras personas.

¡No way, pff! (No hay manera, pff!) — la voz de otra persona la desconcertó, y volteó hacia atrás, donde una chica parecía querer abrir una trampilla — But kill you, mother fucker (Pero te mataré, hijo de puta) — Momo no entendía el idioma, pero estaba segura que no estaba rezando.

Momo se agachó, todavía no era notada por la chica, pues parecía muy concentrada en querer romper la cerradura sin hacer demasiado ruido.

Está robando

Su pensamiento era alimentado por la fachada de la chica, pues llevaba todo negro y se le notaba furiosa con algo, además de que ¿por qué quisiera entrar por ahí? La observó por un momento, no queriendo meterse, pero considerándolo.

Bueno, las personas con superpoderes ayudan a los demás, ¿no?

. . . . .

Tengan piedad por esta pobrecita criatura que no sabe Inglés y usa Guglutraductor 🥺😭

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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