PELEA DE HERMANOS

#04

21 de mayo, domingo.

Estado de Gyeonggi, Corea del Sur.

" — Las autoridades responsables han informado que se trataba de un ataque de terrorismo, pero pudieron evitar algo mayor, dejándolo en un ataque que dejó heridos pero ningún fallecido. Aún así, se han reportado de dos médicos que siguen luchando por su vida. Esperemos que puedan recuperarse del fatídico suceso, y también que el responsable de tal acto inhumano sea atrapado y llevado ante la justicia. Este no es el único acto de terrorismo en este año, y han llovido amenazas anónimas de que estos actos seguirán siendo aplicados en espacios públicos. Las autoridades también han-... "

El televisor fue apagado por el doctor Bang, quien lanzó un largo suspiro que todos pudieron escuchar con claridad en la habitación.

— Sabían que estábamos ahí, buscaban destruir el proyecto — dijo frustrado, mientras que Lee Jihoon, el hombre de cabello plateado, suelta un bufido.

— Y lo peor es que lo lograron.

— ¿Las arañas han mordido a alguien, Changbin? — el doctor Bang se giró con esperanza hacia su asistente, quien empezó a dudar demasiado en si debería decirle — Que antes de matarlas hayan inyectado el líquido en alguien — lo miró suplicante.

El ayudante se quedó callado. No era ni una afirmación ni una negación, pero para todos su silencio fue una afirmación implícita.

— ¿A quién? — Lee Jihoon se acercó, casi desesperado.

— ¿Qué pasaría con esa persona? — Seo prefirió preguntar. Debía acceder ante sus superiores, pues iba empezando a trabajar como ayudante, pero temía de cualquier consecuencia hacia la chica del callejón, quien no tenía la culpa de haber recibido esa picadura.

— Nada malo — el doctor Bang rápidamente negó — Podríamos ver si es de ayuda, si sigue el entrenamiento. Podríamos seguir con el proyecto, mientras que él esté de acuerdo.

— Ella — corrigió y su superior soltó un murmuro confundido — Es un ella, una mujer — eso hizo que todos se callarían.

Changbin siempre pudo ver ese pequeño, pero latente, lado discriminatorio entre ellos, aunque lo ignoraba porque no era algo tan grave como insultos o violencia, sino más incredulidad hacia actos que nunca esperaron de mujeres y negación a que puedan hacer lo mismo. Una discriminación pequeña, pero notoria cuando se tocaba el tema. Un ejemplo era la científica Chou Tzuyu, era la única mujer que pudo llegar ahí, y todos debían respetarla porque era la líder del proyecto, quien creó a esos seres y no era una mujer engreída o de carácter cuestionante, sino una mujer de logros, inteligencia y una paz que exterioriza hacia cualquiera de su alrededor. Aún con todo eso, a veces su equipo de solo hombres la subestimaba, solo algunas veces. Por ello, el hecho de que una araña haya picado a una mujer, no les era conveniente.

— O más bien, una chica — Changbin añadió, y eso era peor — Como una adolecente de quince a dieciocho años. No capté más de ella, fue en un callejón, se fumaba un cigarrillo y luego se fue.

Una adolecente tendría las mejorías de esa picadura. Una chica adolescente que de seguro en ese momento andaría por ahí confundida por sus nuevas habilidades y fumandose un cigarrillo (basándose en la leve descripción de Changbin).

— ¿Facciones? ¿Algún nombre? ¿Nada? — Changbin negó — Debemos encontrarla — el doctor Bang cerró los ojos para pensar bien en todo — Jihoon, fíjate en cámaras de seguridad del hospital y de los edificios cercanos — el de cabello plateado bufó.

— Genio, te recuerdo que todas las cámaras fueron hackeadas, por ello pudieron infiltrarse y colocar la bomba.

El doctor Bang se restregó la cara al recordarlo. Las cámaras no grabaron por mucho tiempo, contando la explosión, solo fueron restauradas cuando las autoridades fueron a buscar pistas y se encontraron con el hecho de que no captaron nada y los guardias de la sala de video grabaciones estaban noqueados, despertando sin saber nada.

— Algo anda mal — otro de los científicos comentó, su bata tenía cosido el nombre 'Choi Hanseung', y el científico Bang Chan pensaba lo mismo.

— Puede haber un infiltrado — Jihoon rápidamente concluyó, y todos lo miraron como si estuviera loco — Piénsenlo. Alguien, sin dejar rastro, colocó una bomba en los estantes que casi no abrimos porque ahí solo había vino y no podemos embriagarnos en un trabajo tan importante. ¿Quién más podría saber sobre eso? Mientras que lo de las camaras fue distracción, para que pensáramos que es alguien de afuera y así encubrir al traidor del equipo. El traidor entró, dejó la bomba y sigue entre nosotros. ¡Boom! — el resolvió todo en su mente.

Si lo pensaban bien, tenía sentido.

En ese momento se escucharon toques en la puerta y la cabeza de una mujer se adentró, pidiendo permiso para limpiar la sala.

Decidieron dispersarse por el hospital, sin nada más qué hacer. Debían solo esperar a que autoridades hagan el trabajo, y esperar a que dos de sus colegas se recuperen de su estado crítico.

Choi Beomgyu estada muy herido, con quemaduras y un brazo roto por haberse caído sobre esa extremidad.

Y Chou Tzuyu, la creadora del proyecto y a quien más necesitaban, se sumió en un coma esa mañana. No sabían cuándo despertaría o si realmente abriría los ojos alguna vez en el futuro.