Tres

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El lunes a las seis de la mañana, ya estaba bañada y vestida, casi lista. Me citaron media hora antes de las siete, algo que es de mi agrado ya que supuse que me brindarían toda la información necesaria, mis libros y el horario de mis clases. Hace apenas diez minutos que terminé de desayunar, y mientras me cepillaba los dientes, me perdí en un mar de pensamientos que se agolpaban en mi mente, imaginando cómo sería mi primer día en la nueva escuela.

Sobrepensar es mi segundo deporte favorito.

De repente, mi teléfono vibró en la encimera del baño interrumpiendo las tragedias que mi mente creaba: era un mensaje de Cassandra, seguido de un audio de Jessica, ambas deseándome buena suerte. Les agradecí con un mensaje y, no pudiendo resistir la tentación, les envié una foto mía con el uniforme ya puesto, una mezcla de nervios y emoción reflejada en mi sonrisa al enviar la foto.

—Bicho, ¿aún sigues en el espejo?

—Sí, bajo en cinco —respondí, mirándolo a través del mismo.

—Vale, nos vamos a las seis con veinte, ¿de acuerdo?

—Sí, ya voy.

Terminé de ponerme mi gloss favorito y revisé rápidamente mi maquillaje en el espejo, el clean look es mi especialidad y mi pan de cada día. El cabello lo dejé suelto, definiendo mis rizos con mucho esmero, creo que mi cabello es un reto que diario debo lograr.

Confieso que maquillarme y peinarme me relaja a niveles sorprendentes, me encanta hacerme delineados coloridos, usar sombras y probar diferentes estilos en mi cabello. No salgo así muy a menudo, disfruto más hacerlo y lucirlo en la privacidad de mi cuarto. En ocasiones suelo subir fotos a Instagram de mis creaciones, pero el clean look es lo que hago diario.

Cinco minutos después me encontraba en el asiento del copiloto, escogiendo una canción para relajarme. Die with a smile de Bruno Mars y Lady Gaga empezó a sonar en la bocina del auto, relajándome de inmediato.

—Yo que tú no me pondría tan cómoda, la escuela está a dos minutos en auto.

La verdad es que ya había buscado en Google Maps la escuela pero no pensé que realmente estuvieran tan cerca, le dije varias veces a papá podía ir caminando sin ningún problema pero él siempre insiste que en los primeros días de escuela él debe llevarme.

—Es genial, no tendré que tomar ningún transporte, ¿verdad?

—No, está como a cinco minutos, pero tú caminas como si alguien te persiguiera así que seguro llegas antes.

Reí, es verdad, tengo la manía de caminar muy rápido. No creo que alguien me persiga, es sólo que me desespero cuando alguien es lento para caminar así que, supongo que camino como deseo que los demás lo hagan.

Nuestro vecindario, como mencioné antes, no es muy grande; tiene unas veinte casas en total, diez a cada lado de la acera y es una especie de "u". Al salir a la calle principal, solo necesitas doblar a la derecha y pasar otro fraccionamiento, en la siguiente cuadra ya se puede ver la escuela. La Westerville High School es, sin duda, la mejor escuela en la que he estado hasta ahora, al menos si hablamos de su estructura

Abarca toda una cuadra con un gran estacionamiento y áreas verdes. El edificio es enorme y tan solo pensar que ya no haré más de media hora de ida y vuelta me hace feliz, para ser sincera.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora