Ae-ri se aferraba con fuerza al torso de su tío mientras el helicóptero descendía lentamente, preparándose para aterrizar en la pista designada. Su respiración se aceleraba, pero intentaba calmarse, aunque sus manos temblorosas la delataban. El viento provocado por las hélices agitaba su largo cabello negro, pegándolo contra su rostro y haciéndola estremecerse por el frío cortante. A pesar del caos, sus dedos se aflojaron un poco, lo justo para poder bajar en compañía de los demás, sintiendo el suelo firme bajo sus pies.
Miró a su alrededor, algo desorientada, mientras intentaba orientarse en medio del rugido del helicóptero. Se estremeció de nuevo, su cuerpo temblando sin cesar ante la fuerza del viento. Sin dudarlo, se acercó más a su tío Do-Kyung, buscando refugio en su cercanía. Sostuvo su mano con fuerza, aferrándose a él como si fuera su ancla. Do-Kyung, percibiendo su vulnerabilidad, correspondió su agarre y, con una mano gentil, colocó el cabello rebelde de Ae-ri detrás de su oreja, su mirada reflejando preocupación. Sin embargo, la mirada de la menor no estaba en la suya, sino que se encontraba alrededor de él mirando a los otros del equipo. A fin de cuentas, todos habían terminado en el lugar, pero lo que había llamado su atención había sido que Letty parecía estar un poco despeinada y tenía encima de su elegante traje, el chaleco del traje de Roman. Frunció levemente el ceño, pero las palabras de su tío la bajaron de su nube.
—Todo estará bien, pulguita —le susurró con una suave sonrisa, intentando tranquilizarla.
Ae-ri, aún nerviosa, asintió levemente mientras procesaba a duras penas las palabras de su tío, empezando a ser consciente de que tenía que poner los pies en la tierra. Pero no podía, no se sentía capaz. Y es que de un momento a otro todo parecía tan irreal, ella, que hace unos días estaba viviendo su vida aparentemente tranquila alejada del demonio que tiene como madre, ahora se encontraba en un nuevo hilo de su vida tratando de adaptarse a vivir sin su querido hermano mayor y al mismo tiempo, haciendo cosas arriesgadas que jamás pensó hacer. Necesitaba un respiro, uno muy profundo. ¿Cómo cambió su vida tan rápido?
En ese momento su atención fue capturada nuevamente por otra cosa, siendo esta vez la figura del señor que los había sacado de ese hotel en helicóptero, el señor Nadie. Sus ojos chocaron con los de él, quien también la observaba con una mirada indescifrable. La tensión entre ellos era palpable, y aunque su tío seguía sosteniéndola con firmeza, Ae-ri sintió un escalofrío recorrer su espalda que no tenía nada que ver con el viento helado, sus piernas se sentían débiles bajo su peso y sentía una urgencia intermitente de quitarse sus zapatos.
Ese señor... sabe algo que yo no... no, sabe algo que la mayoría de los que estamos aquí no sabemos. Ese fue el primer pensamiento que atravesó la mente de Ae-ri. Había algo en su mirada, algo que la inquietaba profundamente. A pesar de que se encontraba rodeada de personas de “confianza” puesto que eran amigos de su hermano, esa sensación de misterio que rodeaba al hombre de alguna forma la abrumaba. El hombre, con su porte tranquilo pero enigmático, parecía estar un paso por delante de todos y de alguna manera eso le parecía injusto. Parecía que jugaba con ellos.
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𝗔𝗡𝗧𝗜-𝗙𝗥𝗔𝗚𝗜𝗟𝗘 | 𝗮 𝗙𝗔𝗦𝗧 & 𝗙𝗨𝗥𝗜𝗢𝗨𝗦 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰
FanfictionDespués de que la noticia de la supuesta muerte de Han llegara a manos del equipo, una carta sospechosa junto con un mensaje de Shaw también hizo acto de presencia. Dicha carta estaba destinada a traer información que obligaría a todo el equipo a su...