Capitulo 12

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Capítulo 12

Tras lo sucedido en el parque acuático, la relación entre Rodolfo y Alya continuó fortaleciéndose. Ambos sabían que compartían sentimientos mutuos, lo cual solo hacía que su conexión se volviera más profunda con cada día que pasaba. La energía entre ellos era innegable, y pronto, sus amigos más cercanos comenzaron a notarlo. Como resultado, los círculos sociales de ambos se fusionaron, creando una dinámica de respaldo y protección, donde cada uno estaba dispuesto a cuidar de los demás.

Entre las nuevas incorporaciones al grupo de amigos, destacaba una chica llamada Laura. Con su cabello castaño y una apariencia sencilla, Laura pasaba desapercibida para muchos, pero quienes la conocían sabían que detrás de su imagen tranquila se escondía una chica bromista y un tanto entrometida. A pesar de sus travesuras, Laura se integró fácilmente, aportando su buen humor y energía a la atmósfera. Sin embargo, no todo eran risas en este grupo de amigos.

Kyoko, quien había estado observando de cerca la creciente relación entre Rodolfo y Alya, sentía una ira incontrolable arder dentro de ella. No podía soportar verlos juntos, especialmente a Rodolfo, quien una vez había sido objeto de su atención. Cada vez que los veía sonreír o compartir un momento íntimo, una sensación de furia la consumía más y más, hasta que finalmente, un día, no pudo contenerse más.

Era un día normal en la escuela. El salón donde Rodolfo, Alya y Kyoko compartían clases se encontraba en el tercer piso del edificio. Tras finalizar el aseo del aula, Alya estaba por retirarse cuando sintió una presencia detrás de ella. Era Kyoko, con el rostro tenso y una mirada llena de resentimiento. Sin previo aviso, la tomó del uniforme, apretando con fuerza, y le susurró con rabia:

—Kyoko: Realmente eres una cualquiera, presidenta... No sé cómo lograste engatusar a Rodolfo, pero te aseguro que él te dejará si logro quitarte esa carita bonita.

El aire se volvió pesado y Alya, sorprendida por el ataque, trató de liberarse. Pero antes de que pudiera reaccionar, Kyoko la empujó con fuerza hacia las escaleras. En ese instante, Rodolfo, quien había aparecido a tiempo para presenciar la escena, corrió hacia ellas. En un intento desesperado por proteger a Alya, logró empujarla fuera de peligro, pero el costo fue alto. Rodolfo perdió el equilibrio y cayó por las escaleras.

El sonido de su cuerpo golpeando los escalones resonó por el pasillo, y cuando su cuerpo finalmente quedó inmóvil en el suelo, Alya solo pudo gritar de terror. Rodolfo yacía inconsciente, con heridas visibles en su cabeza y extremidades. La ira de Kyoko se desvaneció momentáneamente, pero solo para ser reemplazada por una oscura sensación de culpa que rápidamente fue reemplazada por la negación.

—Kyoko: ¡Esto es tu culpa! —gritó, apuntando a Alya con furia, mientras su voz temblaba.

Alya, aterrada pero ahora también llena de rabia, no iba a dejarse intimidar. Su corazón latía con fuerza, sabiendo que Rodolfo había sufrido por protegerla.

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En ese instante, Alya con una furia muy notable, le lanza un fuerte izquierdaso a la chica, tunmbandola en el piso.

Kyoko, solo se toca la mejilla, para después ver cómo su labio sangra por el fuerte golpe por parte.

Esto hace enojar a la chica, la cual se abalanzó contra Alya y ambas se estaban dando con todo.

Golpe tras golpe ambas sacaban su frustración, en un movimiento audas, Hori rasguña una de sus mejillas provocando un fuerte dolor, haciendo que se distraiga y dando un momento para que Hori le de un fuerte golpe a quema ropa, pero en ese instante aparece Wendy la cual con una sonrisa que prometía mucho dolor decía.

–pero que te había dicho pendeja!!!

Dijo para después darle una serie de golpes mientras la volvía a tumbar en el suelo.

Por otro lado, Andy, junto con Ibrahim y Nardian levantan a Alya del piso para llevarla a la enfermería, junto con Rodolfo.

Por suerte para los involucrados, como la que provoco todo esto fue Hori, ella terminó siendo suspendida por un tiempo mientras que Wendy y Alya solo sufrieron una serie de castigós menores..
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Horas más tarde, Rodolfo abrió lentamente los ojos. Lo primero que percibió fue el brillo tenue de la luz de la enfermería escolar. Confuso, miró alrededor, notando los vendajes en su cabeza y que tanto su pierna como su brazo derecho estaban enyesados. Emitió un suspiro profundo, reconociendo que estaba gravemente herido, pero al menos seguía con vida.

Cuando trató de mover su brazo bueno, se dio cuenta de que algo lo mantenía inmóvil. Al bajar la mirada, vio a Alya, dormida a su lado, con su cabeza descansando sobre su brazo. A pesar de la incomodidad de la situación, Rodolfo no pudo evitar sonreír ante la visión. Alya, incluso en sus sueños, se veía como un ángel protector, vigilándolo incansablemente.

Con delicadeza, Rodolfo liberó su brazo para no despertarla, y con suavidad acarició su mejilla. Al hacerlo, notó que Alya tenía un pequeño parche cubriendo un rasguño en su rostro. Eso lo hizo sonreír con ternura, recordando lo que había sucedido y el hecho de que, una vez más, ella estaba allí para él.

—Rodolfo: A pesar de que se supone que soy el hombre en esta relación... tú siempre terminas siendo mi salvadora, mi hermoso ángel de la guarda.

Con una mezcla de agradecimiento y amor en sus palabras, se inclinó y le dio un suave beso en la mejilla. Alya, aunque dormida, sonrió ligeramente ante el gesto, como si pudiera sentir su presencia incluso en sus sueños.

El mundo parecía haberse detenido en ese momento. Rodolfo no sabía qué depararía el futuro para ellos, ni cómo enfrentaría lo que Kyoko había hecho. Pero una cosa estaba clara: mientras Alya estuviera a su lado, sabía que no tenía nada que temer.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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