Duncan Hanma,alfa de rango alto,hijo del lider anterior de una de las mafias más peligrosas,luchador experto en varias artes marciales,uno de los peleadores más fuertes y veloces de Japón,siendo el más veloz de Japón desde que tenía 17 años,ganándos...
Duncan caminaba por las calles con unas bolsas de compras en su mano derecha y en la otra tenía cargado a su hijo Jack,el cual solo tenía 5 años.
Hasta que entraron por un callejón con salida,pero a medio camino aparecieron 4 hombres.
Duncan no les prestó atención y siguió caminando con Jack.
Hasta que los hombres se interpusieron en su camino.
Jack rápidamente se aferró al cuello y camisa de su padre,mirando a los tipos con cierta molestia y miedo.
Duncan:¿Se les ofrece algo?.–Cuestiono curioso mientras ponía sus compras en el suelo.
X:Oh hombre,vamos solo queremos platicar.–Soltó divertido uno de los hombres,acercándose junto a sus colegas.
Uno de ellos rodeó los hombros de Duncan como si nada.
X2:Oe,debo admitir que tienes bonita cara.–Comentó con una sonrisa tomando de la barbilla a Duncan y girandola levemente para ver su rostro de perfil.
Duncan:Disculpen pero tenemos que retirarnos,mi hijo y yo vamos tarde.–Replico con tranquilidad.
Hasta que sintió el filo de una navaja en su espalda baja.
X3:No se vayan,no puedes irte sin darnos lo que queremos.–Sonrió arrogante.
Mientras el resto de chicos sacaban armas,uno tenía una pistola,otro una vara de electro-shocks y el último tenía una cadena que tenía doblada y usaba para golpear.
Duncan suspiró.
Duncan:¿Porqué?,¿porqué lo tuvieron que hacer eso delante de mi cachorro?.–Murmuro con cierta decepción.
Para después mirar a Jack.
Duncan:¿Confías en papi,Jack?.–Sonrió de manera suave y delicada.
Jack:Si,papá.–Asintió sin dudar.
La sonrisa de Duncan se amplió más.
Duncan:Bien.–Soltó para después alejar un poco a su hijo.–¡Pues a volar!.–Gritó lanzando al aire a Jack,bastante alto,sobresaltando a los hombres.
Para después Duncan agacharse y hacerle una barrida al hombre que tenía la navaja,después pateó en la cara con fuerza a otro,al tercero le soltó un puñetazo en la entrepierna y al último agarró la cadena y lo jaló hacia él y alzó su rodilla y le dio un rodillazo en el estómago.
Dejándolos inconcientes por el dolor de sus putizas.
Y atrapó a Jack al instante con ambos brazos,para después acomodarlo uno de ellos.
Jack:¡Eso fue genial!.–Soltó con una mirada brillante viendo a su padre.
Duncan:No fue nada,cariño.–Sonrió con diversión mientras besaba la frente de su hijo.–Tú fuiste muy valiente al confiar en papi,mi pequeño Jack.–Ronroneo tomando con su mano libre tomaba su bolsa de compras,la cual se salvó de ser aplastada o magullada.–¡Ahora vamos a casa!.–Sonrió encaminándose afuera del callejón.
No sin antes acercarse a un oficial y contarle sobre los cuatro delicuentes que estaban en el callejón.
Claramente los delicuentes no se iban a poder incorporar por un rato.
Después de esos golpes,posiblemente en unas horas despertaban.
Y cuándo lo hicieran,estaría arrestados.
Jack:¿Qué vamos a comer?.–Cuestiono curioso mientras recargaba su barbilla en el hombro de su padre,olisqueando las suaves feromonas que soltaba.
Duncan:Carne de puerco en salsa.–Sonrió mientras se encaminaba a su departamento donde estaba el resto de su familia.
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-Mientras tanto...-
Yujiro:¡Vuelve aquí,maldito demonio!.–Bramó molestó corriendo detrás del pequeño y escurridizo Baki,el cual estaba desnudo,corriendo de su madre.
Baki:¡Patito en baño!.–Bramó debajo de la cama de sus padres.
Yujiro:¡No habrá ese jodido patito en el baño!,¡es hora del baño,no de jugar!.–Replico alzando la cama con facilidad,viendo que ya no estaba su cachorro pequeño.
Baki:¡No me bañare,sino hay patito!.–Gritó escondido detrás del sofa.
Yujiro:¡Entonces pudrete de mugre,mocoso cochino!.–Riñó hartó.
Yujiro:¡Baña al maldito mocoso cochino,Duncan!.–Ordenó molestó mientras se retiraba a su habitación.
Baki:¡Papi!.–Sonrió corriendo desnudo hacia su padre y su hermano.
Duncan:Ay cariño.–Soltó atrapando a su cachorro menor,dejando a Jack en el suelo.–Iré a bañar a tu hermano,ahorita les haré de comer.–Indicó hacia el pequeño rubio mientras se llevaba a Baki.
Para después sentarse en el sofá y encender la tv.
Escuchando los gruñidos de su madre desde la habitación que compartían sus padres.
