-❝I said, do you think you'll
kill 𝙛𝙤𝙧 𝙢𝙚 one day?❞
-❝ Yes, of course I will,𝙢𝙮 𝙙𝙖𝙧𝙡𝙞𝙣𝙜❞
𝙀𝙇𝙔𝙎𝙄𝘼 𝙒𝘼𝙇𝘿𝙊𝙍𝙁 es una Kook de sangre
y de eso no hay ninguna duda, pero las
personas a su alrededor se mantienen
confusas: Elysia...
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THE RELATIONSHIP END, CHAPTER SEVEN.
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Mis días ahora eran más pesados por la cantidad de compromisos que tenía que atender, sin embargo extrañamente también eran más ligeros: cuando mis deberes en la academia Kook acababan, había implementado como rutina el ir al campo de golf junto a Rafe.
Ambos teníamos pláticas ligeras, alejadas de insultos y peleas como lo eran antes.
—Uh, esa no entro— dijo el una vez había lanzado su pelota.
—Tomemos un descanso — sugerí — ya llevamos aquí más de dos horas.
El asintió ante la idea, ambos nos dirigimos a paso lento hacia el carrito de golf en el que habíamos llegado. Rafe se mantenía dando vueltas por el campo, hasta que en una de esas pudimos percibir a Pope con un pedido en manos, es lo que yo intuí pues la bolsa que traía consigo tenía el nombre del restaurante de su padre
La peor parte es que no venía solo, JJ lo acompañaba. Rafe me miró como si estuviera planeando algo, yo no sabía que decir o hacer pero él estacionó el carrito de golf y me ayudó a bajar de él
El porte de Rafe dirigiéndose hacia Pope, —Hey Pope!— grito llamando la atención del moreno, quien junto a JJ volteó rápidamente.
—¿Puedo hacerte un encargo de cervezas y hamburguesas?— dijo. Un tono falso de amabilidad muy evidente saliendo de los labios de Rafe.
—Debes de pedir eso a través del número de celular de Heyward's— dijo Pope, claramente calmado por que lo que menos quería eran problemas.
La tensión era palpable mientras Rafe se dirigía hacia Pope y JJ, sus palabras llenas de ese sarcasmo cortante que solía emplear cuando quería provocar a alguien. Me había bajado del carrito de golf con la intención de mantener la situación lo más tranquila posible, pero al ver la mirada de JJ, llena de furia contenida, supe que eso no sería fácil.
—Rafe, con Pope no— susurré, esperando que mis palabras lo disuadieran de continuar con su burla, pero su mirada me indicó que no tenía ninguna intención de detenerse.
