Yamai-san está obsesionada (Tadanoxyamai)

Volumen 4 capitulo 2

Volumen 4 capitulo 2 "Casual, en casa y mal presentimiento"

"No cedas ante las premoniciones infundadas". Nakanaka recuerda ese consejo salido de la boca de un especialista en psicología que conoció en alguna ocasión del pasado. Su memoria apenas lo recuerda, solo se la paso ignorando al hombre y rogando por qué esa plática sin sentido terminará. Ya ni recuerda el por qué la llevaron allí en primer lugar.

No fue un día muy agradable, eso le causa una sensación nostálgica. Paso mucho tiempo antes de que su tasa de buena suerte tocará fondo y rompiera la superficie del final, escarbando aun más hacia abajo.

En pocas palabras, estaba teniendo uno de esos malos días que parecen sacados de una comedia barata de bajo presupuesto pensado para la vieja escuela.

- (¡Fumu! Ya veo, ya veo... ¡No tengo idea de que es lo que está pasando el día de hoy!).

La chica intrépida que viste su uniforme de manera peculiar (¿Y genial?) se irrita en un 15% más, fuera de su límite estándar de 100%.

Su día había sido terrible hasta el momento. Un reporte injustificado (?), una racha de malas miradas y un golpe contra un poste en mitad de la acera. Lo último aún le duele y palpita comicamente, representado con un chichón caricaturesco.

Si no fuera por su orgullo, se tomaría el deber de frotar el lugar del golpe un par de veces para calmar tal malestar. Por ahora, solo podía aguantar tanto como fuera posible.

- Oye, ¿En verdad te encuentras bien?. No te preocupes, ya casi llegamos a mi casa. Allí tenemos unas cuantas cosas que te pueden ayudar a calmar el dolor e inchazon.

La chica desconocida que camina un poco más adelantada a nakanaka, pregunta con preocupación, mientras sostiene una bolsa de compras frente asi misma con ambas manos.

Nakanaka lleva su mano derecha a su cabeza y presiona el área del golpe por unos cuantos segundos. El chichón no es notable en realidad, así que no parece ser algo más allá de un golpe fuerte que tardará un poco en perder importancia.

- S-si, creo que estare bien.

- ¿Eso es así?. Hehe, me alegro. Pero, creo que es mejor asegurarse de que no abrió la piel o algo parecido. No es tan sencillo notarlo atravez del cabello después de todo.

"¿No esta demaciado preocupada por alguien a quien no conoce?" Nakanaka estuvo a punto de preguntar eso, pero se contuvo lo suficiente para callar esas palabras.

La extraña sensación que tuvo antes se agraba aún más. Ese comportamiento le recuerda a alguien que, seguramente en la misma situación, se preocuparía de igual manera por gente desconocida.

Pero no solo era esa manera de actuar, sino que su apariencia misma le resulta reconocible. "Se parecen demasiado. ¿Acaso es...?" La pregunta se detiene en seco cuando esa chica desconocida sesa sus pasos junto a las puertas de una casa.

Fuera, en los muros exteriores, el apellido de la familia escrita en un cartel de metal de un tamaño notable: "hito hito".

- (¿E-es una broma, cierto...?)

Nakanaka observa el panorama y su piel se eriza al instante, presintiendo que esto le podría traer problemas a futuro con esa chica loca, de la que ni siquiera quiere recordar su nombre.

Pero sobre todo, siente que las palabras que escucho en ese momento, días atrás, agraban un sentimiento de culpa que no puede ser detenido por ningún medio sencillo de encontrar.

- Vamos, pasa.

Sin nada que decir, solo asiente y se adentra al interior junto a la chica de sonrisa amable.