Capitulo 6

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Ya la noche había invadido toda la isla; eran más de las nueve de la noche, una hora que quedaba en un limbo extraño: demasiado tarde para salir, pero demasiado temprano para dormir. No tenía sueño, solo una ansiedad que rugía como una tormenta en mi pecho.

Para calmarme, jugaba con mi anomalía. Peinados exóticos surgían de mi cabello, que hacía crecer y moldear a mi antojo. Lo usaba como una manta en las frías noches, envolviéndome en una seguridad ilusoria, aunque a veces se tornara incómodo.

La ansiedad se intensificaba, una oleada imparable. Sabía perfectamente la razón.
Elian.
Su nombre resonaba en mi mente como una melodía dulce y tenebrosa. Su presencia estaba siempre rodeada de misterio y sombra.
Mientras cepillaba mi cabello, intentando deshacer los nudos que yo misma había creado, sentí un toque gentil, una caricia sutil.

—Tu cabello es hermoso —susurró él, cerca de mi oído. Su voz era un susurro que enviaba escalofríos por mi espalda mientras acariciaba mi cabello con ambas manos.

—Elian —me giré y mis ojos se encontraron con su mirada carmesí, llena de intensidad y secreto.

La ansiedad que había poseído mi cuerpo se desvaneció rápidamente con su visita. Era increíble cómo su presencia tenía el poder de calmarme y, al mismo tiempo, llenarme de una inquietud desconocida. Me parecía imposible comprender los sentimientos contradictorios que él podía provocar en mí.

Elian se inclinó más cerca, sus ojos carmesí brillando con una intensidad que parecía traspasar mi alma. Sentí su aliento cálido en mi cuello, un contraste inquietante con el frío de la noche.

—Hay algo que debes saber, Lyra —dijo en un susurro, tan bajo que apenas lo oí.

Mi corazón se aceleró. —¿Qué es, Elian? —pregunté, intentando mantener mi voz firme.

Él se enderezó, mirándome con una expresión grave. —Te he mentido —desvió la mirada hacia la esquina de la habitación—. Necesito que sepas la verdad.

Sus palabras resonaron en mi mente, llenándome de una mezcla de miedo y curiosidad. —¿De qué estás hablando? —quise saber, pero temía la respuesta.

¿En qué me había mentido? ¿Por qué necesitaba decirme la verdad? ¿Qué es lo que estaba pasando?

Elian miró hacia la oscuridad, como si buscara algo en las sombras. —Todo lo que crees saber está a punto de cambiar. Esta isla... —hizo una pausa, su mirada fija en un punto invisible—. No, eso no te puedo contar ahora, es muy pronto.
La atmósfera se hizo más densa, como si el aire mismo estuviera cargado de tensión. Me acerqué a él, buscando respuestas en su mirada. —¿De qué estás hablando, Elian? —insistí, mi voz apenas un susurro—. ¿Qué mentiras me has contado?

—Yo vine a esta isla con un propósito —me miró directamente a los ojos—. Eres tú, Lyra, te he estado buscando durante mucho tiempo.

Con mucha gentileza, besó mi frente, luego mi nariz, y después sus labios se encontraron con los míos, y yo correspondí.

No sabía por qué me estaba buscando, pero en ese momento decidí olvidarme de todo y caer en sus brazos. Allí estaban otra vez esos deseos, esos impulsos carnales a los que sucumbía con facilidad. Solo podía pensar en pasar tiempo de calidad con él.

Pronto, nuestros cuerpos desnudos yacían en mi cama, repitiendo el mismo evento de la noche anterior. Se sentía tan bien que no podía evitar caer ante sus encantos.

Ambos ya extasiados nos acurrucamos entre las sábanas. Él pasó su mano por mi mejilla y sus ojos rojos cada vez me parecían más atractivos.

—Elian... —él calló mis palabras con un abrazo.

Lágrimas De Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora