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Julián llega a Buenos Aires  emocionado por poder ver a su primo favorito. Se baja del uber frente al edificio de Cuti con su suéter atado en sus hombros, sus lentes y una mochilita de viaje. Mientras baja el último bolso, no puede evitar mirar alrededor con una ceja levantada. El barrio es bastante peculiar...

Justo en ese momento, su primo aparece desde la puerta del edificio, con su hermosa sonrisa y esa energía que Julián siempre asoció con un golden. —¡CHULI! ¡Por fin llegaste!— grita mientras lo abraza, levantándolo del suelo. Julián, aunque más serio, se ríe un poco y le devuelve el abrazo. La verdad es que con Cuti siempre se sintió cómodo, a pesar de ser tan distintos. Mientras se separan, Julián mira de reojo el edificio y no puede evitar pensar que esto no era exactamente lo que tenía en mente cuando decidió mudarse a Buenos Aires.

“Este es el depto, ¿qué te parece?”, pregunta Cuti con una sonrisa orgullosa, como si estuviera presentando un castillo. “Mmm... está lindo”, dice Julián, no muy convencido pero tampoco queriendo herir los sentimientos de su primo.

Entre risas y bromas, Julián no puede evitar pensar que en Buenos Aires la vida iba a ser igual de fácil que en Córdoba, donde todo siempre le salía bien. Pero, mientras mira a su alrededor, empieza a sospechar que tal vez acá las cosas no serán tan sencillas.

Mientras Cuti lo lleva por el departamento, Julián va haciendo comentarios como si supiera algo de Diseño de interiores cuando lo único que tiene de conocimiento es todos los programas de Home and Health. —Está bastante lindo el lugar, ¿eh?— dice, mirando alrededor con una media sonrisa. —Aunque ese cuadro ahí... no me cierra para nada. Pero tranqui, me puedo acostumbrar— agrega mientras señala una pintura abstracta colgada en la pared del living. Cuti, acostumbrado a sus observaciones, se ríe a carcajadas.

—Dejate de hinchar, Juli — dice Cuti, revolviéndole el pelo en señal de cariño. Julián se arregla rápido, evitando que el peinado se le despeine

—Tranqui, te voy a hacer sentir en casa— le asegura Cuti, mientras le muestra la cocina. —Acá tenés todo, ya sabés, usá lo que necesites. Aunque seguro vos sos más de pedir delivery que de cocinarte algo— lo jode, sabiendo que Julián no es el tipo de persona que pasaría tiempo cocinando

Mientras charlan, Cuti menciona casualmente a su compañero de piso. —Ah, y te falta conocer a Enzo— dice sin darle mucha importancia. —Mi mejor amigo. Labura un montón, pero es buena gente. Ahora está en el trabajo, así que seguro lo conocés más tarde—

Julián, que estaba revisando los muebles del comedor, levanta una ceja con desinterés. —¿Ah, sí? ¿Y qué onda? ¿Es copado?— pregunta más por cortesía que por genuina curiosidad. Al fin y al cabo, si es amigo de Cuti, debe ser buena onda, pero tampoco le importa.

—Sí, re copado pero estuvo metido en cosas jodidas pero bueno, siempre me da una mano con las cosas del departamento y nos llevamos re bien—dice Cuti, orgulloso.

Julián asiente, pero en su cabeza ya está planeando cómo acomodar el nuevo placard o si la señal del Wi-Fi será lo suficientemente buena para sus videollamadas con sus papás y perros.





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𝘘𝘶𝘦𝘳𝘪𝘥𝘰 𝘙𝘦𝘺 ⭑.ᐟ JULIENZODonde viven las historias. Descúbrelo ahora