¿Será posible?
No he podido dejar los nervios de lado, he estado demasiado estresada estas últimas semanas, por el concierto que tendré con las chicas, será la primera vez que salga al ojo público después de la rueda de prensa en la cual me fui después de haber dejado muchos comentarios al aire, pero haber aclarado que no me avergonzaba de nada, pues la víctima había sido yo.
Me encontraba alistándome para el concierto, estaba nerviosa, mi corazón latía con fuerza y mis manos sudaban frío.
– Tranquila – murmuro Sana sosteniendo mis manos.
Ella estaba sentada a mi lado, en su tocador, yo frente al mio. Ambas estábamos siendo maquilladas y peinadas al mismo tiempo, se me notaban los nervios en la cara.
– Gracias – murmuré de vuelta – Quizás solo tengo miedo que Once me quiera fuera de este concierto.
Sana asintió entendiendo mi miedo y el por que estaba así.
– Descuida, todas hemos estado en tus zapatos y sabemos lo difícil y duro que es sentirse así, sin embargo, seguimos juntas.
Asentí dándole la razón.
– Todas hemos cometido descuidos, muchos fans de todo el mundo nos han querido fuera de grupo, pero seguimos juntas a pesar de todo y así seguiremos por mucho tiempo – sonrió dándome ánimos.
Quizás tenía razón y estaba poniéndome nerviosa por nada.
– Si me permite, señorita Aeris – dijo mi maquillista – usted y la además miembros son importantes para formar TWICE, sino, mi hija no sería gran admiradora de cada una de ustedes.
Vi a la chica, se miraba de nuestra edad, pero quizás era por que sabía como cuidar bien su piel para verse joven, Seomin era si nombre, había sido mi maquillista desde los inicios de Twice, le habían surgido más ofertas de trabajo y mejores, pero ella siguió aquí con nosotras, conmigo.
– Sumin, mi hija de cinco años, admita mucho su música y su carrera, de hecho ella estuve feliz al saber que habría un concierto e ustedes, lastimosamente por mi trabajo no pudo venir, le hubiera hecho mucha ilusión conocerlas.
Sonreí al escuchar eso.
– Puedes traerla en el próximo concierto – dijo Jihyo a nuestras espaldas.
– Señorita Jihyo, no quisiera molestarlas con eso, Sumin suele ser un poco inquieta y...
– Estoy segura que no será problema, a nosotras nos encantan los niños y Sumin es bienvenida más veces que quiera – le secundó Nayeon sonriente.
Seomin, feliz asintió, estaba segura que en el anterior concierto estaríamos acompañadas de una pequeña muy alegre.
– Listo – dijo Seomin habiendo acabado su trabajo en mi rostro.
Me quedé viendo al espejo, pero no me sentía yo. No porque Seomin me haya dejado mal o fea, sino que no miraba a la antigua Aeris allí en el reflejo del espejo, desconocía por completo a esta persona frente a mi.
Sabía que era yo, pero no me sentía yo. ¿Quién era la chica frente al espejo?
– ¿Aeris? – llamó Sana – ya debemos irnos.
Asentí, me quite las pintaste cabello y me deshice de mi bata dejando paso a mi traje, un traje de dos colores, negro con blanco, me ayudaron a colocar mi micrófono y estuve lista ya.
Físicamente lista.
Mentalmente pérdida.