Entre prácticas e ilusiones

Una contradicción

Creo que

no he sido

justa al decir

que no me

quisiste

Quizás en su

momento sí,

pero

¿sabes qué?

Tuve una contradicción,

no una relación

Decías amarme

pero gritabas;

decías darme

el mundo

pero me

hacías llorar

Decías cuidarme,

pero ¿en qué

brazos?

Decías que

te encantaba

tener sexo

(o como te

gustaba que

le dijera:

hacer el amor)

conmigo,

pero me manipulabas;

solo te digo eso

para que cedas,

para que me digas

que sí,

incluso cuando

decía que no,

una y otra,

y otra,

y otra,

y otra,

y otra,

y otra vez.

¿Realmente eso

es hacer el

amor?

Y claro,

que cada momento

que estuve enferma

allí estuviste,

y cada momento

que sucedía un

accidente,

allí estuviste

No quito mérito,

porque actos

sí existieron

Pero...

dudaste de mí,

sentenciaste que,

según tu criterio,

estabas más arriba

y yo al fondo

Según tú,

era mejor estudiar

aquello que no

me apasiona;

renunciar a lo

que mi alma

busca desde

que tengo memoria

Según tú,

no querías

repetir patrones

paternales,

pero observa cómo

me alejaste de mi

familia, que tanto

amo,

justo como

lo hizo

tu padre

Criticas,

escupes,

insultas,

comparas,

tiras la piedra

y escondes la mano,

para luego

vestirte de

blanco,

y no,

ya no más

Por eso

te escribo estas

letras porque,

a mi entender,

tuve una contradicción,

no amor verdadero

Tuve una persona

egoísta, que

prefirió su placer

en vez de ser

genuino

Tuve una persona

que me bombardeo

con regalos para

comprar mi amor

Pero

otra vez...

¿de qué valen

si tus palabras

me aplastan?

Obtienes flores

para después

marchitarlas

Sabes qué...

cambio de opinión;

sí he sido justa

al escribir todas

estas letras,

porque las mereces

en toda su

corporeidad