Capítulo 5: Fuego Bajo Control

71 13 6
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¡Por favor, no olvidéis votar por cada capítulo! Vuestros comentarios y apoyo son muy importantes para mí y me motivan a seguir escribiendo. ¡Gracias por leer!


Ha pasado una semana desde la noche en la fiesta de los Marconi, desde el caos, los disparos y, por supuesto, desde que Laura Ferraz cruzó una línea que no debía cruzar. Una semana en la que he intentado mantener las cosas bajo control. Pero cada vez que pienso en ella me hierve la sangre.

No he sabido de ella en días. No porque no haya querido. He estado ocupado, tratando de estabilizar lo que casi colapsa después del ataque. Pero algo en mí sabe que Laura no es de las que se quedan quietas. Está tramando algo, y no tengo la más mínima duda de que cuando aparezca, será para hacerme las cosas más complicadas.

—Jefe, ya está aquí —me informa Luca mientras me paso una mano por el cabello. Lo sabía.

—Hazla pasar.

No necesito que me diga quién es. Lo siento en el aire antes de que siquiera cruce la puerta. Esa maldita energía que arrastra consigo. Y cuando entra, no puedo evitar quedarme mirándola un segundo más de lo que debería.

Laura camina con la misma seguridad con la que lo hace siempre, aunque hay algo diferente esta vez. Está tensa, pero disimula. Ha sido una semana sin contacto, y sé que no viene aquí solo para charlar.

—Dante —dice, su tono firme, como si estuviéramos a punto de entrar en una negociación de alto riesgo.

Cierro la puerta detrás de ella y me giro lentamente. La tensión entre nosotros no ha desaparecido. Si acaso, está peor. Una semana de silencio ha hecho que esta electricidad entre nosotros se acumule, y ahora me siento como si estuviéramos parados en una mecha a punto de explotar.

—Ferraz —respondo, apoyándome en el borde de mi escritorio. Mis ojos recorren su rostro, tratando de leerla, pero está demasiado cerrada. Perfectamente controlada.

—Necesito respuestas —dice sin rodeos, cruzando los brazos frente a su pecho—. Lo que pasó en la fiesta, la información que obtuve... hay algo que no cuadra.

Me río, bajo y amargo.

—¿Ahora vienes a buscar respuestas? Te metiste sola en la maldita fiesta, y ahora quieres mi ayuda.

Su mirada se oscurece, y sé que he tocado un punto sensible.

—Te recuerdo que no estoy aquí para hacerte favores. Estoy aquí porque Lucas sigue siendo un blanco, y no pienso esperar a que lo alcancen.

Ah, Lucas. Claro. Su hermano es lo único que la mantiene en este juego. Pero hay algo más. Lo siento. Esa determinación, esa forma en la que se enfrenta a mí, como si no me tuviera miedo... La hace interesante. Demasiado interesante.

Tentación oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora