Un latido, dos corazones

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Mi corazón se paralizó solo para escuchar el tuyo, tan diminuto pero a la vez tan feroz, agitado e impecable, así fue, la primera vez que vi tu corazón latir.

Acudí nerviosa, ya quería conocerte al menos por el ultrasonido, era la primera vez que te iba a escuchar, a pesar de que tú ya me escuchabas pacientemente día tras día. Brotaron lágrimas de mis ojos de manera incontrolada cuando el doctor de una forma espontánea y acelerada dijo ¡Se mueve mucho, debe ser hombre! A pesar de que aún no podíamos saber el genero por las pocas semanas que aún teníamos.

En ese momento fue cuando empecé a sentir mi corazón, dije dentro de mi ¡LO SABÍA!, ahora reconozco que ese fue uno de los mejores momentos de mi vida. Y, aunque a veces, se tornaban tortuosas algunas situaciones, y las circunstancias aparecían queriendo desanimarme yo solo recordaba el latido de tu corazón, el cual habia inmortalizado en mi memoria para encontrar paz.

Aquí solo quiero hablar de ti y de mi, de lo que fue el proceso cuando con mi cuerpo te sostuve, 40 semanas exactas que me bastaron para amarte toda la vida, que me enseñaron a protegerte a toda costa y que me dieron las fuerzas para traerte al mundo.

Eso sin contar el día que realmente me enteré que eras niño, no hizo falta decirlo, recuerdo mirar la pantalla del ultrasonido sin entender mucho la imagen, y ver como orinabas dentro de mi, me dio tanta risa nerviosa y la doctora solo susurro "si era sorpresa, ya te enteraste".

TODO LO QUE NO TE PUDE CONTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora