Me encuentro esperando en medio de las escaleras que llevan a la azotea.
Hace unos minutos, Kiyotaka subió para salvar a Karuizawa, que estaba siendo acosada por Ryuuen y su pandilla.
Mentiría si dijera que no estoy un poco preocupada, no se qué planea hacer Kiyotaka, pero Ryuuen es conocido por ser alguien que recurre a la violencia y no quiero que Kiyotaka salga lastimado.
Sé que Kiyotaka es muy fuerte, he visto su cuerpo tonificado varias veces, pero aún así, él se estará enfrentando a cuatro personas que saben pelear, pienso que será muy difícil para Kiyotaka salir ileso.
Manabu: Parece preocupada, Chabashira-sensei.
El que dijo eso fue Horikita Manabu, que también estaba esperando debido a que Kiyotaka le pidió que actuara como testigo.
Sae: Es normal estar preocupada por mi estudiante.
Manabu: Sin ofender, pero tengo entendido que usted no se preocupa por sus estudiantes, lo he escuchado de algunos estudiantes de la clase 1-D.
Debo tener cuidado con lo que digo, este estudiante es considerado el mejor presidente del consejo estudiantil, en un descuido, podría descubrir mi relación con Kiyotaka.
Sae: Normalmente la mayoría de ellos no me interesan, pero Ayanokoji es un caso especial, tú también te has dado cuenta de eso.
Manabu: No voy a negar eso, Ayanokoji es el estudiante más interesante que he visto.
Se nota que tiene a Kiyotaka en muy alta estima.
Sae: Veo que piensas muy bien de él, ¿Cómo te enteraste de su existencia?
En realidad, ya sabía la historia, ambos tuvieron un pequeño enfrentamiento y Kiyotaka pudo hacerle frente.
Manabu: Solo diré que las coincidencias pueden ser extrañas.
Ahora él está usando las frases de Kiyotaka.
De repente, la puerta de la azotea se abrió y vimos bajar a Karuizawa, su uniforme estaba mojado y ella temblaba de frío, pero en su rostro podía ver qué se sentía aliviada.
Sae: Ayanokoji me pidió que te diera esto, es una ruta hacia los dormitorios por dónde puedes ir sin que alguien más te vea.
Le dije mientras le entregaba un pedazo de papel.
Kei: Entiendo, gracias.
A pesar del frío, noté que se mantenía firme mientras seguía bajando por las escaleras hasta desaparecer de nuestra vista.
Manabu: Parece que Ryuuen no se contuvo.
Unos minutos después, la puerta se volvió a abrir y ésta vez, vimos bajar a Ryuuen seguido de su pandilla. Todos estaban golpeados y con moretones en la cara, aunque el que se notaba más grave era Ryuuen.
Cuando bajaron se dieron cuenta de nuestra presencia, pero nos ignoraron y simplemente siguieron bajando.
Kiyotaka: Ya terminó todo, gracias por su cooperación.
Volví a mirar hacia arriba y ví a Kiyotaka bajar las escaleras sin ninguna herida y sin rastro de cansancio. No pude evitar abrir mucho los ojos al ver eso.
Manabu: Parece que tú tampoco te contuviste.
Kiyotaka: Era necesario para ganar.
Manabu: Ya veo, entonces, ¿Vas a cumplir tu parte del trato?
Kiyotaka: Por supuesto.
Manabu: Bien, entonces ya podemos retirarnos.
Sae: Espera Ayanokoji, yo todavía tengo algo que discutir contigo.