Es el primer día de clases, justo ayer se terminaron las vacaciones de verano y actualmente me encontraba en el salón de clases esperando a nuestra maestra, aunque en mi caso es mi novia.
Horikita: Ayanokoji-kun, espero que sigas apoyando a la clase.
Horikita me habló, cuando me giré para verla, ví que estaba leyendo su libro.
Kiyotaka: No me importa ayudar un poco, pero no esperes mucho de mí.
Horikita: Claro, eso es algo que tú dirías.
En ése momento, se abrió la puerta del salón de clases y ví que Sae había llegado.
Sae: Todos a sus asientos, la clase está por comenzar.
Ella dijo mientras se dirigía al podio, pero noté que tenía algunas dificultades para caminar, supongo que no se ha recuperado por completo de lo que pasó ayer en la piscina.
Horikita: Chabashira-sensei, parece que le está costando un poco caminar correctamente, ¿Se encuentra bien?
Debí suponer que ella se daría cuenta.
Sae: Estoy bien, solo tropecé de camino al aula, pero no es nada grave.
Horikita: Está bien.
Cuando todos estaban en sus lugares, Sae empezó a hablar.
Sae: Desde hoy se retomarán las clases. Sin embargo, en el 2do semestre, por el periodo de un mes desde septiembre hasta el principio de octubre en anticipación al festival deportivo, habrá un incremento en las clases de educación física.
Ella comenzó a explicar de una manera indiferente a la que todos estaban acostumbrados, no puedo evitar alegrarme un poco de saber que soy el único al que muestra su verdadero yo.
Entonces, Sae continuó explicando las reglas del festival deportivo.
Salto de tiempo
Sae: Ahora todos deben dirigirse al gimnasio, todos los estudiantes de todos los años se reunirán para discutir más a profundidad sobre el festival deportivo.
Con eso dicho, todos se levantaron de sus asientos y comenzaron a dirigirse al gimnasio, todos menos yo.
Horikita: Ayanokoji-kun, por si no escuchaste, debemos ir al gimnasio.
Ella dijo eso intentando burlarse de mí.
Kiyotaka: Tengo algo que hacer antes de ir al gimnasio, no tardará mucho, los alcanzaré después.
Horikita: Está bien, pero más te vale llegar a tiempo.
Con eso, Horikita se fue del salón y me quedé solo con Sae.
Kiyotaka: Parece que entendiste lo que intentaba decir.
Sae: Sí, por tu mirada intuía que querías hablar conmigo.
Eso es algo especial de mi relación con Sae, ambos podemos comunicarnos con la mirada sin necesidad de decir alguna palabra.
Kiyotaka: Tienes razón, Sae.
Cuando la llamé por su nombre, abrió mucho los ojos y miró furtivamente hacia las cámaras, esto se debía a qué habíamos acordado llamarnos por nuestro apellido cuando alguien nos estuviera observando.
Kiyotaka: No te preocupes por eso, hoy en la mañana pagué algunos puntos para desactivar las cámaras durante un tiempo.
Sae: ¿En serio?
Sae se acercó a una de las cámaras y comprobó que, efectivamente, estaba desactivada.
Sae: Ya veo, pero, ¿Cómo convenciste a un maestro de desactivar las cámaras?