Capitulo #8

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Juan Pablo Villamil

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Juan Pablo Villamil

Isaza ya se había ido de mi casa, esperaba ansioso la llegada de Ruth.  

Me hice un café para aligerar la espera, termine mi café y aun ella no llegaba. Agarre mi guitarra y empecé a  tocar una melodía para la canción que estaba escribiendo con los "hermanos Isaza".

Tocaron la puerta, me pare instantáneamente. Me pare tan rápido que me golpee el dedo chiquito con la mesa que tenia al frente, maldije al aire y abrí la puerta casi cojeando:

—Hola —dijo sonriente la chica, saludándome de un beso corto en la mejilla

Abrí la puerta completamente para que ella pudiera entrar, la castaña empezó a observar mi apartamento un poco curiosa

—Disculpa por el desorden —dije apenado —toma asiento —la chica me miro y me dio una breve sonrisa, se sentó en mi sillón y me sonrió.

Yo la seguí y me senté a su lado

—¿Quieres tomar algo?  —pregunte 

—Un vaso de  agua por favor —dijo amable la chica

—Ya te lo traigo —me levante y me dirigí  hacia la cocina

Le serví su vaso de agua y me senté a su lado, el ambiente está un poco tenso, me moría de ganas de sacar el tema de lo que sucedió en el ensayo, pero no quería incomodarla

—¿Como sigues? —interrumpí el silencio que habitaba en la sala

—Pues ya estoy mejor —me dió una cálida sonrisa —disculpa por no agradecerte, gracias por ser mi Lydia

—No fue nada Stiles —dije en tono burlón —¿Quieres que ensayemos, o que quieres hacer?

La observé, ella era una chica muy linda, tenía pequeñas pecas, amaba las pecas, pero sobre todo sus pecas, tenía unos lindos hoyuelos como los de su hermano. Tenía unos ojos cafés muy lindos, baje la  mirada hacia su pequeña nariz perfilada, después seguían esos labios rosas que moria por besar.

—¿Que idea tienes aparte de que bailemos? —preguntó curiosa la chica

—Podemos ver películas, comer gomitas, escuchar música —dije coqueto —se me ocurren muchas ideas de cosas que podemos hacer

Dije en tono burlón, a lo que ella empezó a sonrojarse. Se veía muy adorable con las mejillas enrojecidas.

—Mejor bailemos —dijo riéndose

—Sus deseos son órdenes,  signorina —me levanté del sillón y agarre mi celular para poner música —¿Que quieres bailar?

Moría que bailara una de Juan Luis por siempre conmigo, ella miró el piso un poco pensativa. Esperaba ansioso su respuesta, ella me miró y se rió, a lo que yo también me reí sin entender.

Se paró del sillón y se acercó a mí.

—Bailemos —miró hacia arriba pensativa —...merengue

—¿Merengue? —pregunte tragando saliva ante su cercanía

Narra Ruth Vargas:

Me reí ante las mejillas enrojecidas de Villa. Se veía muy tierno, sus ojos verdes se veían más profundos. Se que si me acercaba unos centímetros más, podría besarlo.

Tengo que admitir que me encantó el beso, pero me da miedo volver a enamorarme y que todo sea igual que siempre. Él es el mejor amigo de mi hermano, lo tendría que ver muy seguido, si terminaríamos sería muy incómodo.

Otra vez pensando en cosas que no me van a suceder, porque claramente él es un Rockstar   y yo solo soy la hermanita de su amigo.

—¿No sabes bailar? —dije burlona

—Ese no es principal problema —dijo coqueto, dando un paso hacia adelante, quedando muy cerca mío.

Puso su mano en mi cintura y se rió.

—¿Cuál es el problema para ti? —dije siguiéndole el juego.

—Que cuando las chicas bailan conmigo, se terminan enamorando y ya no me pueden olvidar —dijo engreído

—¿Y tú crees que soy como todas? —me mordí el labio inferior

—No se, tienes que demostrármelo tú —alzo las cejas y sonrió

—Mejor bailemos y veamos que pasa —lo tome de la mano y nos dirigimos a la sala

Agarré su celular y puse La bilirrubina de Juan Luis Guerra, puso una de sus manos en mi cintura y la otra tomó mi mano.

La música de merengue llenó el aire, y yo me dejé llevar por el ritmo. Mi cuerpo se movió con soltura, los hombros sacudiendo y las caderas girando. Él me tomó de la mano y juntos nos sumergimos en el baile, perdidos en el ritmo y la emoción.

Oye, me sube la bilirrubina a mí
Ay, me sube la bilirrubina
Cuando te miro y no me miras
Ay, cuando te miro y no me miras
Y no lo quita la aspirina
No ni un suero con penicilina
Es un amor que contamina
Ay, me sube la bilirrubina

Sonaba la música en la habitación, nosotros estábamos riéndonos, éramos muy malos bailarines. Pero juntos nos desenvolvemos muy bien, terminó la canción y nosotros no nos separamos.

Nos miramos fijamente, el bajo su mirada descaradamente a mis labios, yo hice lo mismo.

Me acerque a el y lo besé, era la mejor persona que había besado, sus besos me teletransportaban a otro universo. El me siguió instantáneamente, puse mi mano en su cuello para profundizar el beso.

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Hellou

Nuevo capítulo, voy a intentar subir uno semanal.

Porfa recomiende mi historia, gracias por leer

Escuchen Arial 12 de Susana Cala, está buenísimo

Chau ❤️

Mil Tormentas - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora